Vinaròs sirvió ayer de nexo de unión cultural de Cataluña, las Islas Baleares y la Comunitat Valenciana al acoger los actos del 300 aniversario de la Guerra de Sucesión, que organizó la Federació Llull.

Hasta la capital del Baix Maestrat se desplazaron en autobuses socios de la plataforma desde Tarragona, Tortosa, Castelló y Valencia, además de otros venidos con vehículos desde Barcelona e incluso desde varios puntos de las Baleares. El acto estuvo presidido por Eliseu Climent, máximo responsable de la Federació Llull, y acogió la interpretación de varias partituras a cargo del grupo de música de cámara A piacere, que se dedica a recuperar piezas de música antigua.

Vinaròs recordó así cómo el ejército austríaco entró en la ciudad en octubre de 1710, restableciendo el dominio de Carlos III y con ello, los fueros y leyes anteriores al Decreto de Nueva Planta. Esta situación duró hasta febrero de 1711, cuando el ejército borbónico impuso su dominio.