Castelló ha dejado de ser "Eldorado" para la población inmigrante por la crisis económica. El desplome de dos de sus sectores capitales como la construcción y la cerámica ha puesto fin al conocido como efecto llamada. Y no sólo llegan menos inmigrantes, sino que por primera vez en una década salen más trabajadores que entran en la provincia, según indican las últimas cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Trabajo y el Instituto Nacional de Estadística.

Castelló ha pasado de golpe de ser una de las principales receptoras de empleados inmigrantes a ser emisora. Un informe sobre estimación demográfica del INE, difundido ayer, revela que la provincia ha registrado de enero a septiembre un saldo migratorio negativo de -1.115, con 8.936 emigrantes y 7.820 inmigrantes. Por su parte, el último estudio de la Secretaría de Estado de Inmigración del segundo trimestre de este año refleja el primer descenso de la cifra de residentes extranjeros en Castelló en una década. Según este informe, la población foránea con permiso de residencia cayó un 3% de abril a mayo respecto al mismo periodo de 2009 y se situó en las 94.157 personas, un descenso que también se ha dado en el resto de la Comunitat Valenciana y de España.

Estos datos muestran un cambio de tendencia en los flujos migratorios. La crisis se ha ensañado en los residentes foráneos, uno de los principales motores del ya pasado crecimiento económico. Los trabajadores inmigrantes copan el 20% del desempleo en la provincia. Asimismo, la patronal y los sindicatos llevan dos años sin solicitar nuevos contingentes de empleados en el exterior y mantienen vacío el catálogo de profesiones de difícil cobertura por el elevado paro existente en la provincia.

De esta manera, la recesión ha frenado la venida de ciudadanos extranjeros, lo que constata que fue el crecimiento económico el principal acicate del efecto llamada. Castelló sumó 100.000 residentes extranjeros en la primera década del siglo XXI, justo en un momento en que la provincia disfrutaba de pleno empleo. Las empresas contrataron a miles de empleados inmigrantes para poder cerrar sus plantillas. Sin la presencia foránea, los sectores de la construcción, la cerámica o la agricultura no hubieran avanzado como lo hicieron. La cifra de habitantes inmigrantes pasó en diez años de los poco más de 10.000(un 2% del total de habitantes) a cerca de 100.000, de los que la mitad son originarios de Rumanía. De 2008 a 2010 el movimiento inmigratorio continuó creciendo pese a las turbulencias económicas, pero ahora, parece que algunos ya han perdido la esperanza en Castelló y han empezado a hacer las maletas, tal como reflejan las cifras oficiales. La recuperación económica está siendo débil y el paro afecta a más de un 30% de los trabajadores foráneos.

Descenso demográfico

Y esta contracción del flujo inmigratorio ha provocado un descenso demográfico en la provincia. La proyección del INE sobre la población actual afirma que Castelló ha perdido más de 6.000 habitantes en el último año. Esta estimación fija 597.844 residentes a 1 de octubre de 2010, frente a los 591.025 de hace un año. El Instituto Nacional de Estadística calcula los movimientos migratorios en base a los flujos del padrón continuo.

Cabe recordar que otra proyección del INE apunta que la población en Castelló sólo crecerá un 5,4% (cerca de 20.000 personas) de 2010 a 2020 tras la explosión demográfica de la primera década del siglo. Para la Comunitat Valenciana prevé un incremento anual de únicamente un 2% y para España de un 0,5%. Estas previsiones, no obstante, podrían variar en el caso de que la economía mejorara en los próximos meses.