La Policía Local de Vila-real comenzó ayer la campaña de "Control de perros" que seguirá hasta el próximo 14 de noviembre, según informaron la concejala de Policía, María Luisa Porcar, y el Intendente Ramón Martínez. "No es que fuera de la campaña no se actúe debidamente sino que ahora habrá una especial vigilancia". La sanción media que se puede imponer a quien incumpla la norma es de 60 euros, aunque las hay de mayor y menor cuantía.

Los agentes comprobarán el correcto cumplimiento de la normativa y ordenanzas por parte de los propietarios de los perros normales y de los "potencialmente peligrosos", incluso a partir de las bases de datos tanto nacional como internacional y no faltará la identificación de los microchips, apostillan.

Los agentes de la Policía de Barrio actuarán como policía administrativa y verificarán si los animales llevan o no correa y bozal, el microchip que han de tener los animales a partir de los tres meses de su nacimiento o un mes desde su adquisición, el "pasaporte sanitario" y otros detalles. Naturalmente si se pide la cartilla y no se lleva "que es lo normal" deberán presentarla los dueños con posterioridad.

Los animales potencialmente peligrosos han de estar debidamente registrados además de poseer sus propietarios la licencia adecuada , el correspondiente seguro y llevar puesto el bozal, una correa no superior a los dos metros, ser conducidos por persona mayor de edad y sólo un animal por persona.

Según la concejala de Policía, María Luisa Porcar, "es importante la colaboración ciudadana y ya saben los vecinos que pueden denunciar acciones negativas que protagonicen propietarios de los animales".

La Ordenanza de Convivencia Ciudadana contempla, al detalle, distintos asuntos relacionados con vacunación, vigilancia, perros abandonados, etcétera y recuerda que los perros no podrán acceder a las zonas ajardinadas, parques y lugares de juegos infantiles al tiempo que se prohíbe dar alimentos en la vía pública a cualquier tipo de animal.