Vinaròs ha reabierto al tráfico este fin de semana la carretera de la ermita, que ha permanecido cortada durante los últimos meses por las obras de construcción del puente de la variante de la N-340 en el río Cèrvol.

Los operarios han rebajado la carretera un par de metros bajo el puente de la variante y han construido unas canalizaciones para evacuar el agua. Esta carretera es la principal vía de comunicación entre la ciudad y el ermitorio de los patronos.

Durante los meses en que este camino ha estado cortado, los usuarios han transitado por el Camí Palos, que en algunos puntos se encuentra muy deteriorado, lo que motivó quejas de algunos vecinos que residen en la zona de la ermita.

Por otro lado, el concejal de Urbanismo, Javier Balada, salía al paso de las acusaciones del edil del Bloc, Domènec Fontanet, en las que acusaba al equipo de gobierno de escasa inversión en la mejora de caminos rurales.

Balada afirmó que las mejoras efectuadas en los caminos rurales del término municipal constituyen casi el doble de la recaudación del Ayuntamiento de Vinaròs en concepto de impuestos de suelo rústico. El edil aseguró que en los últimos años la inversión ha rozado el millón de euros para mejorar estos caminos.