El presidente de la Sociedad Europea de Conservación del Suelo y delegado del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE-CSIC) en Valencia, José Luis Rubio Delgado, alertó ayer de que la Comunitat Valenciana se encuentra afectada por un proceso de desertificación y, al respecto, señaló que en la "gestión cuidadosa" de un "recurso escaso" como el agua "en algún momento se perdió el norte", y defendió que es "fundamental que se retome".

Rubio Delgado, que compareció en la Comisión Especial para el Estudio del Cambio Climático en la Comunitat Valenciana de las Corts Valencianes, emplazó a realizar un "uso coherente del territorio que identifique sus limitaciones y daños" y remarcó que desde la Generalitat se debería realizar un estudio sobre los balances hídricos "para saber exactamente con qué recursos contamos y cómo usarlos". Este especialista, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explicó que dos tercios del territorio español se encuentran amenazados por problemas de desertificación "en distintos niveles" y alertó de que el entorno mediterráneo "es una de las zonas más sensibles en cuanto a la evolución del cambio climático".

Además remarcó que la cuenca mediterránea se enfrenta a unas previsiones de aumento de las temperaturas entre dos y tres grados centígrados, una disminución de las precipitaciones y un incremento de la "variabilidad climática" y de los episodios extremos, con una mayor incidencia de la sequía y de las lluvias torrenciales.

El científico señaló que detrás de estos fenómenos hay una "relativa abundancia de suelos pobres, un relieve muy accidentado y abrupto, la crisis y el abandono de la agricultura mediterránea tradicional de secano y de las estructuras de conservación de suelo y agua y las pérdidas provocadas por los incendios forestales".

También citó la explotación "insostenible de los recursos hídricos, sobre todo del litoral", y lamentó la existencia de un "proceso de litoralización", caracterizado por la concentración de las actividades económicas y de servicios en la costa y el abandono de la población rural y consiguiente aumento de la población urbana.

La previsión es que en 2025 el 65 por ciento de la población en la cuenca mediterránea será urbana, señaló, y advirtió de que en la Comunitat "la sobreexplotación de los recursos del litoral amenaza la salinización de los acuíferos" de la costa.

Reducción de caudales

Por su parte, José Quereda, miembro del departamento de Historia, Geografía y Arte de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI), también defendió en las Corts que los recursos "tienen que conservarse" y, al respecto, emplazó a realizar una gestión eficaz del agua, que tiene que proporcionar sostén a una población que crece.

Quereda alertó de que si para 2020 la temperatura aumentara un grado y las precipitaciones se redujeran un 5 por ciento, la cuenca del Júcar experimentaría una reducción de caudal "muy drástica" y "de gran severidad". Los grupos políticos se han interesado además por el comportamiento de las precipitaciones.