Ganarle una hora a la vida para disfrutar de un día de 25 horas puede ocasionar episodios transitorios de insomnio, déficit de concentración y de atención y malestar general, síntomas que pueden aflorar este domingo con la incorporación del horario de invierno al retrasar la próxima madrugada los relojes una hora (de las tres a las dos). Estas alteraciones temporales pueden afectar más a niños, ancianos, a los que ya duermen mal y a la las personas con alteraciones psiquiátricas graves.

La causa de que a principios de la semana que viene sea un poco más dificil conciliar el sueño o se descanse peor se debe a la alteración del ritmo circadiano que se produce en el organismo al modificar la fase de luz y oscuridad, según expresó a Levante-EMV el neurólogo del Instituto Cajal del Centro Superior de Investigaciones Científicas, Ricardo Martínez Murillo, que adelantó que el impacto de este cambio se puede prolongar durante dos o tres días.

Cuando el ciclo de luz y oscuridad se altera caen los niveles de segregación de ciertas hormonas que secreta el cerebro como la melatonina que es la está implicada en el buen dormir o el cortisol que tiene efectos periféricos y es uno de los protagonistas en la adaptación al estrés. Su carencia puede provocar malestar corporal.

"Una hora es muy poco y en un par de días se compensa, sin embargo el cambio horario de un 'jet-lag' es más peligroso, sobre todo si los viajes intercontinentales se hacen con mucha frecuecia porque en este caso puede afectar al comportamiento", indicó el investigador.

Ricardo Martínez resaltó la importancia de respetar el ciclo de día/noche y para ello aludió a los experimentos que han realizado con animales, que han demostrado que cuando se alteran estas fases el comportamiento se modifica, "porque cuando aumentas o disminuyes las horas de luz, la temperatura ambiental varía y eso también afecta al organismo, como cualquier cambio ambiental", agregó. De hecho, el científico informó que durante los eclipses de sol baja la temperatura del cuerpo humano y aparece desasosiego y sensaciones de malestar.

Este cambio horario de este fin de semana puede ocasionar un leve déficit de atención en los niños.