Los castellonenses optan cada día con mayor frecuencia por el funeral con ceremonia civil, una modalidad que incluso puede resultar más económica que la religiosa.

Ésta es una novedad más en los catálogos de las funerarias de la provincia, tal como aseguraba ayer Raúl, gerente del tanatorio Jaime I, situado en la avenida Benicàssim. "La gente cada vez nos pide más la ceremonia no religiosa, algo que ya se viene haciendo en ciudades como Barcelona", asegura.

En este tipo de "misas civiles", un orador toma la palabra y recuerda al fallecido, cuenta alguna anécdota biográfica sobre él o lee algún texto o poesía en su honor. Después, otros familiares y amigos van subiendo al estrado y continúan el discurso, hasta que llega el momento de la incineración.

"Nos suelen pedir esta ceremonia los más jóvenes, porque los mayores siguen siendo más religiosos", añade. Un funeral al margen de la Iglesia viene a costar unos 60 euros, más económico si se tiene en cuenta que un cura percibe hasta 80 por dar una misa de difuntos.

"Todo se hace en el mismo tanatorio, con lo cual las personas se ahorran muchas incomodidades, como el aparcamiento en las parroquias, donde por lo general apenas hay sitio para dejar el coche", explica Raúl.

Más allá de las ceremonias civiles, el tanatorio Jaime I sigue recibiendo los mismos encargos de siempre: flores, lápidas y ataudes. "Sí que es verdad que los ataudes nos los piden más económicos. Nosotros hemos tenido que volver a los precios del año 97, lo que puede suponer un ahorro medio de hasta 300 euros para el comprador".

Sea como fuere, los entierros laicos crecen en España. Los responsables de las empresas funerarias mayoritarias calculan que en las grandes ciudades el 20% de los funerales son laicos, un porcentaje que disminuye sensiblemente en las zonas rurales o las pequeñas capitales de provincia.

Sin embargo, prevén que "en pocos años" España se situará al mismo nivel que otros países europeos, donde se ha equiparado el porcentaje de entierros en ambas jurisdicciones.