La 97 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, inaugurada ayer, estudiará un documento elaborado por la comisión de enseñanza y catequesis, que preside el obispo de Segorbe-Castelló, Casimiro López Llorente, sobre la colaboración entre familia, escuela y parroquia en la educación de niños y jóvenes.

En su discurso inaugural, el presidente de la CEE y arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, subrayó que "es cada vez más claro que el futuro de las nuevas generaciones depende decisivamente de las familias cristianas".

A su modo de ver, "al mismo tiempo, la experiencia pone también de manifiesto que la misión de la escuela resulta seriamente entorpecida y aun imposibilitada cuando no cuenta con la colaboración de los padres y de una vida familiar acorde con la ley natural y divina. El Estado no puede sustituir, ni siquiera suplir, el papel propio de esas dos instituciones básicas para el desarrollo de la persona. Por su parte, la parroquia, como célula básica de la vida eclesial, en la que el hombre natural se hace cristiano, manteniéndose dentro de su misión específica, ha de ser capaz, sin embargo, de actuar a modo de catalizador de la vida cristiana de la familia y de la escuela".

"Educar en el amor humano"

Según el arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, este tema está íntimamente relacionado con la comprensión del amor: "La clave cultural, intelectual y moral para una realización verdadera de lo que son la familia, la escuela y la parroquia se halla, sin duda, en el acierto con el que sea percibida, comprendida y vivida la verdad del amor humano".