"No pasamos miedo ni hubo pánico, las llamas no llegaban a la zona de acampada", asegura Herman Veltman, uno de los turistas desalojados del camping de Peñíscola amenazado por el fuego la noche del pasado domingo.

A sus 69 años de edad, este jubilado holandés pasa muchos meses en Peñíscola en su autocaravana, aprovechándose de la temporada baja.

Según explica Veltman, "detectamos el fuego a lo lejos hacia las 19,30 horas" y en aquel momento se limitaron a observarlo de reojo. El fuerte viento que soplaba hizo el resto: lo amplificó y lo acercó hasta el camping El Edén, donde casi medio millar de personas descansaban. En este sentido, hay que recordar que el camping El Edén está situado en el corazón de la marjaleria.

"El fuego no se aproximó a las caravanas para nada pero muchos, entre ellos yo, optamos por coger la caravana y sacarla del camping y estacionarla en el paseo marítimo. Tan solo podíamos esperar, pero nadie se puso nervioso ni hubo pánico. Los únicos que se preocuparon fueron los propietarios de mobile homes que no tienen la facilidad de alejarlas que teníamos nosotros", indicó. También destacó el hecho que la ejecución de una zona ajardinada y urbanizada financiada con cargo al Plan E en el posterior del camping haya generado una esplanada que, en la práctica, aleja las cañas del camping una decena de metros.

Cuando vuelvan a Holanda, a mediados de mes, el veterano Herman Veltman tendrá una anécdota más para explicar a sus compatriotas que, por suerte, tuvo un final feliz para todos sus protagonistas.