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Viajar de Morella a Castelló es una odisea. Cubrir los cien kilómetros que separan las dos localidades en transporte público, cuesta el mismo tiempo que plantarse en tren de la capital provincial a la de la nación, más de dos horas y media. Es sólo una muestra del problema de vertebración territorial que existe entre el interior de la provincia y el litoral.

Pero el problema no sólo existe en esta conexión. Por ejemplo, los vecinos de la comarca de Els Ports tienen como hospital asignado el de Vinaròs. El trayecto en transporte público entre Morella y la localidad del Baix Maestrat, necesario para visitar a especialistas, cuesta cerca de dos horas, con un trasbordo en Sant Mateu incluido. Tanto para esta línea, como para la de Castelló, hay dos viajes al día. Una situación que varía el fin de semana, cuando se reduce en sábados a uno y se elimina el servicio los domingos. A Vinaròs, los sábados no hay bus.

El teniente alcalde del consistorio morellano, Ernest Blanch, afirma que "en quince años no se ha avanzado nada en ningún servicio de transporte en la comarca e, incluso, se intentaron eliminar viajes. Añade que "hace dos años, la Generalitat remitió un informe al consistorio, explicando las acciones que se pueden ejecutar y, no se ha hecho absolutamente nada". Por no avanzar, la localidad sigue careciendo de marquesinas. Un hecho que se padece especialmente en invierno, cuando los usuarios no pueden resguardarse del frío. Muchos son los vecinos que intentan evitar los traslados en autobús ya que realizan cerca de veinte paradas, entrando por todas las localidades que se atraviesan.