Francisco Camps y Carlos Fabra inauguran esta mañana el aeropuerto de Castelló sin aviones y a tres días de la fecha límite que marca la Ley Electoral. El acto servirá para ensalzar la figura del presidente de la diputación, que dejará la institución provincial tras las municipales de mayo.

El evento festejará el final de obra, ya que la puesta en marcha del aeropuerto aún tardará varios meses, cuando se tramiten los permisos y el Ministerio de Fomento autorice la actividad. Los organizadores del magno acontecimiento prevén congregar en las instalaciones de Vilanova d'Alcolea-Benlloch a cerca de dos mil personas, que acudirán en autobuses fletados por los ayuntamientos de 16 municipios. En las últimas semanas se ha realizado un importante esfuerzo de movilización para congregar al mayor número de gente posible. También está prevista la asistencia de numerosos cargos públicos y representantes de la sociedad civil.

El acto será sencillo. Fabra y Camps cortarán una cinta inaugural, descubrirán una placa conmemorativa y protagonizarán sendos discursos. A continuación habrá un vino de honor para los asistentes, costeado por la diputación.

La inauguración se sitúa en el límite que marca la Ley Electoral, que prohíbe actos de este tipo a partir del 28 de marzo para no influir en la antesala de las elecciones autonómicas y municipales. Fabra ha admitido que la vocación del acto es "electoralista"; de hecho, durante el próximo mes y medio ha programado jornadas de puertas abiertas para que los ciudadanos acudan a visitar las instalaciones.

La celebración de hoy también servirá para ensalzar de nuevo al presidente provincial, impulsor del proyecto. De un tiempo a esta parte, Fabra está protagonizado una maratón de actos públicos a modo de despedida política, ya que dejará la diputación tras las municipales de mayo.

El aeropuerto que se inaugura hoy ha supuesto una inversión cercana a los 151 millones, más los sobrecostes. Abarca una superficie de 542 hectáreas y dispone de una pista de 2.700 metros de longitud, ampliable a 4.000 metros por si algún día hay vuelos intercontinentales. También dispone de una plataforma de estacionamiento de aeronaves de 55.000 metros cuadrados, terminal de carga, edificio de bomberos y una terminal de pasajeros de dos plantas. Dicho edificio cuenta con todo lo necesario para facturación y embarque y desembarque de los pasajeros, además de otros servicios como restaurante u oficina de información turística. Como medida de seguridad, destaca la adquisición de un escáner corporal