Las obras han finalizado, ¿cómo valora el proceso de construcción?

Ha sido un viaje con muchas complicaciones, paradas, retrasos y sobrecostes indeseados, pero al final se ha superado. Pero hay que recordar que fuimos los primeros en iniciar esta fórmula de un aeropuerto de gestión privada, titularidad pública e interés general. El objetivo de ejecutar un obra con la calidad que tiene ésta, se ha cumplido.

Ha habido paralizaciones, pleitos, sobrecostes y fuertes tensiones entre Aerocas y Concesiones Aeroportuarias ¿En algún momento peligró el proyecto?

Creo que no. Es cierto que ha habido momentos de tensión, pero ambas partes siempre hemos velado por lo mismo, que era la construcción del aeropuerto.

¿El momento más crítico fue la paralización dictada por Fomento, que supuso un sobrecoste de 18 millones?

Fue el momento más complicado porque estábamos en una fase de obra muy compleja, con unas máquinas muy especiales, con unos sobrecostes que asustaban y que se podían cifrar casi por minutos. Hasta que no se resolvió quién tenía que asumir el sobrecoste, toda la cadena de proveedores se puso muy nerviosa.

¿Cuánto ha costado al final?

A la concesionaria ni un céntimo más ni menos de lo que previmos, que fueron 111 millones. Los sobrecostes que se han generado no eran imputables a nosotros y los ha liquidado la Generalitat.

Hace unas semanas llegó la exigencia del socio mayoritario de Concesiones, Globalvía, de reequilibrar el contrato y se habló de un posible rescate público. Finalmente, han conseguido que la Generalitat asuma sus pérdidas en los primeros ocho años...

Quien reclamó el reequilibrio fue Concesiones Aeroportuarias, no fue ningún socio. Se solicitó un reequilibrio porque por culpa de los retrasos estaba en juego la financiación del proyecto por los contratos que tenemos con los bancos.Propusimos a la administración un reequilibrio o la posibilidad de un rescate público a cambio del coste de la obra. No es nada traumático porque hay que recordar que la titular del aeropuerto es la Generalitat. La posibilidad del rescate siempre estará presente. En cuanto a las pérdidas, el objetivo de esta sociedad es conseguir déficit cero sin ayuda económica de la administración.

¿Cuándo se abrirá al tráfico?

Eso no está en nuestras manos, sino que depende de la tramitación de los permisos.Espero que en un máximo de seis meses se pueda poner en marcha.

¿Con qué actividad arrancará?

Hasta que no haya una fecha de puesta en servicio no se pueden concretar las negociaciones que se han mantenido con las aerolíneas de las que ya se ha hablado. Tenemos que centrarnos ahora en captar compañías y la Generalitat en fomentar Castelló como destino turístico.

¿Qué mercado tiene un aeropuerto situado entre los de Reus y Manises?

Mucho bajo coste y chárter. El bajo coste es interesante porque al viajero no le importa la distancia del aeropuerto respecto a su destino. Se trataría de ofrecer mejor servicio y a mejor precio que la competencia.

¿No le asusta el precedente de Ciudad Real?

En absoluto. Arrancar un aeropuerto que ha costado 400 millones es muy distinto a uno de 111 millones, las cargas financiaras cambian mucho. Estamos a minutos de la costa y, en mi opinión, en la mejor zona de España por meteorología.

¿El éxito del aeropuerto está supeditado al desarrollo turístico de la provincia.

Sin duda, es un aeropuerto turístico. Nosotros nos presentamos porque había unos proyectos y, lamentablemente, son muy pocos los que se han puesto en marcha. Este aeropuerto iba ligado a un proyecto turístico y de golf, además de instalaciones náuticas. Espero que todo se resuelva.