Los representantes del Sindicato Central de Aguas del Millars se reunieron ayer en Vila-real para estudiar la viabilidad de la canalización de agua sin necesidad de utilizar energía eléctrica para el proceso de riego. El proyecto, impulsado desde la Comunidad de Regantes de Vila-real, afectaría a cerca de 12.000 hectáreas de cultivo en la Plana.

El presidente de los regantes de Vila-real, José Vicente Bosquet, indicó al término del encuentro que el objetivo pasa por "desvincular" a los agricultores de las firmas eléctricas que, tras la liberalización del sector de la energía en 2008, han incrementado la tarifa del suministro un 300%. Por si fuera poco, está previsto un nuevo aumento del 20%.

Los cálculos técnicos señalan que para lograr 5 kilos de presión en cada uno de los cabezales de riego localizado es necesario trasvasar el agua por una tubería situada en una cota de desnivel del río de entre 50 y 60 metros. En el caso del Millars, este punto está ubicado a la altura del polígono del Camí Fondo, en la salida del tramo común de riego.

La complejidad del proyecto y la superficie de cultivo susceptible de beneficiarse de esta medida convierten la iniciativa en pionera en la provincia de Castelló. Los regantes, no obstante, cuentan con el informe técnico favorable, que avala que la presurización del agua en cota suficiente garantizará la distribución del riego sin necesidad de consumir energía eléctrica. "Garantizaríamos un ahorro total en la Plana", aseguró ayer Bosquet.

En igual término se manifestó Manuel Claramonte, portavoz de los regantes de Almassora, que valoró de forma positiva la iniciativa de los vecinos de Vila-real. Tal como indicó, los agricultores de la cuenca del Tajo-Segura, en Alicante, ya emprendieron un proyecto semejante que va dando sus frutos. De igual forma ocurre en Valencia a través de la presión del agua del Júcar a su paso por Tous.

Los regantes esperan ahora el resultado del informe económico que la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, presentará en un plazo máximo de dos meses. Según indicaron ayer las fuentes consultadas, un plazo de retorno de la inversión de entre 10 y 15 años sería suficiente para poder llevar adelante este proyecto que los agricultores comenzaron a vislumbrar en 2008, con las subidas indiscriminadas de la energía.

A partir del cálculo del Seiasa, las diferentes administraciones tendrían que comprometerse con la financiación. "Creemos que la sensibilidad existente sobre el ahorro energético es determinante para convencer a todas las fuerzas implicadas. Además, el proyecto supondría erradicar las emisiones de CO2 y, por tanto, un ahorro total en la Plana", indicó ayer Bosquet.