La Generalitat Valenciana se deshace del edifico Colomer Zurita de Morella que pasa a manos de la Diputación de Castelló, a condición de que lo rehabilite y lo rescate del estado de ruina en que se encuentra, tras ser abandonado hace un lustro al pasar los alumnos que acogía al nuevo instituto morellano. Simultáneamente, el gobierno autonómico ha dado de baja en el Registro de Sociedades a la Fundación Colomer Zurita que gestionaba el inmueble, que era su única propiedad. El edificio del siglo XIX, que ha tenido usos educativos, está valorado en 1,8 millones.

La Fundación Colomer Zurita fue constituida en 1958 como ente docente para gestionar el colegio de las antiguas Escuelas Pías de Morella. Ahora con la decisión del Consell se confirma un acuerdo de mayo de 2010 por el que se liquidaba la entidad "ante la imposibilidad de realización del fin fundacional".

El edificio Colomer Zurita, ahora en ruinas, es el único inmueble que tiene la fundación en propiedad y está valorado en 1.878.493 euros. Además la Fundación tiene deudas adquiridas con acreedores diversos que ascendían en enero de 2011 a 92.759 euros. Así pues esta cantidad se sumó al valor de extinción de la entidad.

El Patronato de la Fundación acordó destinar el remanente de la fundación a la Diputación de Castelló con la condición que la institución provincial lleve a cabo la rehabilitación del mismo. La diputación se hacía cargo de la deuda y del edificio. De este modo la institución que presidirá Javier Moliner deberá decidir sobre el futuro del inmueble, situado en pleno centro de Morella, que, además del centro educativo, albergó a algunas asociaciones.

Tras el traslado del instituto, el edificio quedó abandonado y en estado de ruina inminente. De hecho, el perímetro se ha llegado a vallar para evitar que los viandantes pasen por los laterales. Además, ha sido objeto de numerosos actos vandálicos.

La Diputación de Castelló se convertirá en propietaria y gestora del inmueble, según la resolución de la Generalitat en la extinción de la Fundación Colomer Zurita. La disolución de la fundación responde a la política iniciada por la administración autonómica para tratar de aligerar el número de entidades y fundaciones adscritas a la Generalitat. No obstante, la fundación no había generado gasto alguno ya que nunca ha estado operativa aunque, de este modo, la pelota de la rehabilitación del edificio queda en manos de la diputación.