Con la perspectiva de casi tres semanas, ¿cómo analiza lo ocurrido el 22-M?

Los resultados fueron muy negativos para el PSPV. También es cierto que si hacemos un análisis serio de lo que ha pasado se puede concluir que la victoria histórica que pronosticaba el PP no se ha producido. Lo que ha sido histórica es la derrota del PSPV. Cuando el PP ha subido más de dos puntos en España, en la Comunitat ha bajado cuatro puntos, lo que se puede interpretar como algo peor para nosotros porque no hemos sido capaces de canalizar ese voto. Es obvio que hay un componente fundamental, que es el modo en que el gobierno socialista ha afrontado la crisis. Hay cosas que había que hacer, pero podrían haberse implementado otras medidas para que los ciudadanos percibieran que la crisis no sólo recaía en unos sino que se repartía. Por otra parte, hay una responsabilidad en los socialistas valencianos. Aquí las cosas no se han hecho correctamente. Lo principal es la falta de visibilidad de un proyecto alternativo, no ha habido una alternativa real al PP.

¿Cómo se logra hacer visible esa alternativa?

Trabajando más la parte positiva. Hemos estado muy centrados en la crítica, que es necesaria, pero simplemente denunciando no se puede construir.

Llama la atención la rapidez con la que su partido parece haber dado con los errores. Ya podrían haber hecho antes el diagnóstico...

El pasado comité nacional tiene que ser un punto de inflexión para hacer una reflexión que no se puede cerrar en dos tardes. Las cuestiones son mucho más profundas. Buscar respuestas simples en un mundo tan complejo es un error. Un cierto diagnóstico se ha empezado a hacer pero nadie tiene aún la terapia.

Y usted irrumpe como elemento estabilizador y ejerciendo de apagafuegos...

Lo que no se puede es dar respuestas histéricas a una situación tan compleja. La dirección de mi partido ha hecho cosas con las que no estoy de acuerdo. Ahora bien, ¿la solución es entrar en una crisis del socialismo valenciano? Entiendo que pasa por reconstruir una alternativa contando con todos y asumiendo posiciones diversas. Hacer una política que no esté permanentemente mirando al vecino. El proyecto socialista ha estado desde 1995 vinculado a una situación de confrontación. Ese modus operandi es lo que hay que cambiar. Los congresos que se pierden por tres o por diez y que al final una parte de la organización queda fuera no tienen sentido. Lo que está claro es que el pasado no funciona.

En el pasado comité nacional, Alarte se comprometió a asumir sus tesis y apoyarse en su corriente ¿Es un reconocimiento implícito de que no había contado con todo el partido?

Es un reconocimiento que hizo el secretario general en una intervención que hizo desde la humildad y que fue positiva. Eso hay que llevarlo a la práctica y los buenos propósitos tienen que pasar al camino de los hechos. Lo que no tendría sentido es entrar en un frente de batalla. Lo que tampoco tendría ningún sentido es decir que no ha pasado nada. Aquí ha pasado algo muy grave y es que el Partido Socialista está en su peor situación institucional de la democracia. La terapia no es volver a empezar de cero. Vamos a ver cómo hacemos las cosas para, contando con todo el mundo, volver a hacer fuerte a alternativa.

¿Por qué al PP no le afecta Gürtel?

Creo que el PP sí que ha sufrido una erosión. El problema es que no se ha visto una alternativa y no hemos sido capaces de poner en valor ese desgaste, del que se han beneficiado otros partidos. Yo creo en un proyecto socialdemócrata, valencianista, moderado y no tenemos que ser una mala copia de la derecha ni una mala copia de otras opciones. Tenemos que tener una posición propia.

Alarte ha manifestado su intención de optar a la reelección al frente del PSPV...

Es una decisión suya y entiende que forma parte de una voluntad de dar estabilidad y seguridad al partido. Tiene todo el derecho del mundo a presentarse igual que otra gente tiene derecho a cuestionarlo.

¿Habrá alternativa?

Es evidente que en estos momentos hay gente que está cuestionándolo. Pero insisto en que el modelo de afrontar el próximo congreso debería ser diferente al de los últimos años.

¿No querría un congreso como el que usted protagonizó?

Yo no. Hemos visto que la resolución a esos congresos no ha sido adecuada. Se trata de hacer direcciones mucho más sólidas y fuertes y alternativas consecuentes con esa dirección

En la confección de las listas electorales hubo una auténtica purga, de la que usted fue una de las víctimas...

Se podría haber sido mucho más generoso e integrador, no sólo en las listas sino en la manera de desarrollar el proyecto socialista en los últimos años. Yo no comparto muchas de las decisiones que se han tomado pero no es una enmienda a la totalidad.

Alarte dijo que se iría si no superaba los resultadas de Pla. Y no ha sido así...

Es una manifestación y una decisión posterior que sólo puede interpretar el autor. Él ha hecho el análisis y ha dado explicaciones. Sí que creo que en estos momentos su dimisión no aportaría nada positivo para el partido.

¿Le reconoce el derecho a una segunda oportunidad en las autonómicas de 2015?

Yo no soy quién para reconocer ese derecho. No creo que su posición esté invalidada. El respeto y la posibilidad de ser alternativa hay que ganársela día a día. No es una posición que venga dada por otro mecanismo que no sea el democrático. Con el tiempo, habrá que ver qué persona está en mejor disposición para ser el candidato a la presidencia de la Generalitat.

«Estoy dispuesto a dar la cara por el partido en las generales»

¿Le atrae la idea de encabezar la lista al Congreso por Castelló en las generales?

Es una decisión del partido. Es cierto que el secretario general autonómico, el provincial y el vicesecretario general federal me han manifestado esa posibilidad y estoy dispuesto a dar la cara por el Partido Socialista como he hecho siempre.

¿Ha sido un fracaso el cambio a una estructura provincial?

Siempre he defendido que las comarcas son un instrumento adecuado para leer la realidad de nuestro país. Que haya referencias estructuras provinciales está bien, pero las comarcas representan a más gente en la toma de decisiones, son más democráticas y tienen más capacidad de interlocución. Las provincias son una realidad administrativa del siglo XIX y la respuesta al siglo XXI no hay que buscarla en el XIX.

¿Se ha inmolado políticamente Francesc Colomer?

Francesc Colomer es un activo muy importante del partido. Ha hecho un gran trabajo, aunque probablemente en momentos determinados no ha sido capaz de dar solución a algunos temas. Pero su balance es muy positivo. Sobre todo su acción de oposición a un personaje que, cuando pase un tiempo, se verá lo negativo que ha sido para la provincia de Castelló.

Será de nuevo portavoz en la diputación...

En mi opinión, debe seguir ejerciendo ese papel.

¿En lo personal se ha sentido en algún momento dolido con Colomer?

Yo le tengo un gran efecto, aunque haya habido decisiones suyas que no he entendido demasiado. Pero desde el minuto cero he discernido entre los sentimientos personales de otras consideraciones políticas.

¿Qué le parece el enfrentamiento entre la dirección del partido en Castelló y Calles?

No tengo suficientes datos para analizar la situación ni he hablado con los protagonistas. Es evidente que es una coyuntura desagradable y espero que encuentren una vía de solución.