La llegada del Papa Luna al histórico castillo de Peñíscola en 1411 debió ser un acto emotivo como el de ayer, pero sin turistas extranjeros ni miles de apartamentos. Que un Papa eligiera esta zona del Maestrat como morada tuvo que impactar en la sociedad de entonces de Peñíscola, centrada en labores agrícolas, ganaderas y marineras.

Una recreación histórica revivió en las calles de la localidad aquel histórico momento. Una comisión de historiadores y artistas coordinados por la Associació d'Amics del Papa Luna (AAPL) trató de hacer un espectáculo teatral lo más fiel posible a cómo debió ser la llegada de Benedicto XIII con toda su curia.

La esperada entrada del Papa a la localidad comenzó pasadas las 19.30 horas. Cerca de 200 extras participaron en la dramatización, mientras que 17 actores se encargaron de los papeles con más simbolismo: el pregonero local, el obispo de la diócesis, el notario local, el notario pontificio, el responsable de administrar justicia, el Papa Luna, Sant Vicent Ferrer, cuatro poetisas o un fraile montesiano-templario, entre otros. Los actores, que llegaron desde distintos puntos de la comarca, pertenecen a grupos amateurs o semiprofesionales y para esta representación fueron dirigidos por Josi Ganzenmüller.

El guión de la dramatización, asesorado y escrito por los historiadores Juan Bautista Simó y Ovidio Cuella tras analizar numerosa documentación y grabados, revive la entrada del séquito pontificio a la ciudad amurallada, la recepción oficial de las autoridades y la procesión hasta la Mare de Déu de l'Ermitana.

Para esta recreación se dispusieron dos escenarios distintos, ubicados en la plaza de Santa Maria y en la de la Ermitana. Las voces de la Coral Polifónica de Peñíscola interpretaron un Ave María y un Te Deum.

Tras los parlamentos de bienvenida y la recreación de algunas escenas de ambientación de la época, la comitiva penetró hasta los pies del castillo, donde una pitonisa le anunció al pontífice su futuro en la ciudad hasta 1423, cuando falleció a los 95 años. Este episodio imaginario sirvió para que los visitantes pudieran conocer un poco más la historia de este Papa.

Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar cuando el actor que representaba a Benedicto XIII dirigió a la ciudad un sermón que arrancó los aplausos del público asistente. Todos los campanarios de la ciudad comenzaron a sonar a la vez para anunciar a llegada del pontífice.

Curiosidades históricas

Durante el acto se explicaron algunos hechos históricos relacionados con el Papa Luna y varios centros educativos, como la bula que autorizaba la protección a la universidad de Saint Andrews, en Escocia, una de las naciones que apoyó a Benedicto XIII. También la universidad de Salamanca muestra en la fachada del centro educativo el emblema papal en una de las joyas del renacimiento español.

Juan Bautista Simó, cronista de la localidad y miembro de la AAPL, explicó que Peñíscola era la mayor fortaleza que tenía la orden del Temple en este lugar estratégicamente ubicado entre Valencia y Barcelona, con salida al Mediterráneo desde Zaragoza. Una vez disueltos los templarios, pasó a las manos de la orden de Santa Maria de Montesa. Desde Peñíscola defendía a los papas de Aviñón, de donde tuvo que huir meses antes cuando estaba siendo atacado militarmente.

Desde sus estancias en el castillo preparaba argumentaciones, defensas y tratados filosóficos y religiosos. Su presencia en Peñíscola la concibió como un paso previo a su retorno a Roma como único Papa reconocido por la Cristiandad, "algo que no pudo ser, al morir sin poder conseguir lo que anhelaba", lamentó Simó.

El cronista de Peñíscola resaltó el rigor histórico de la representación. Juan Bautista Simó y Ovidio Cuella reconocieron que "no ha sido difícil" rememorar cómo pudo ser la entrada del Papa a Peñíscola "porque hay muchísima documentación de la época y descripciones gráficas sobre cómo fue recibido en la catedral de Barcelona, donde hay un libro que recoge las visitas de los distintos papas y donde se dedica un buen espacio al Papa Luna", explicaron.

Otras fuentes de las que se ha bebido para organizar el acto han sido la llegada a Morella, las visitas a Castelló o Vila-real e incluso archivos del Vaticano.