La Junta de Fiestas de Castelló ha asumido la gestión del Palau de la Festa y fía su supervivencia a la celebración de todo tipo de eventos. Ante la falta de fondos del ayuntamiento por la crisis económicos, los actos lúdicos culturales se presentan como una tabla de salvación para el mantenimiento del recinto, convirtiéndose en un centro multiusos.

El Palau de la Festa fue la inversión prioritaria del equipo de Alberto Fabra en el anterior mandato. El alcalde se había comprometido a poner en marcha en 2011 esta dotación, proyectada para acoger las presentaciones de gaiatas y la proclamación de las reinas y, a pesar de caer drásticamente los ingresos, tiró adelante con sus planes iniciales. La construcción costó 7,6 millones de euros y el Consell y el ayuntamiento preveían su financiación a partes iguales. El ejecutivo local se endeudó para adelantar la consignación económica correspondiente al Consell, que este año ha pagado sus dos primeros millones de los 3,8 previstos. A estas alturas todavía adeuda 1,8 millones.

El Palau dio sus primeros pasos en el acto de la Galania de marzo después el ayuntamiento cedía su gestión a la Junta de Fiestas. El colectivo festero se ha hecho cargo del centro en un momento económico complicado y con el principal sustento (Ayuntamiento de Castelló), con escasos fondos económicos. Por ello, el ente festero, cuyo presupuesto en 2011 ha caído más de un 10%, ha abierto el Palau para la celebración de todo tipo de eventos, además de los propiamente relacionados con el mundo de la fiesta, incluso a bodas, según subrayó el presidente de la entidad festera, Jesús López. No obstante, la superficie de la sala central del Palau (con capacidad para más de 1.000 personas) es inadecuada para el desarrollo de bodas, apuntó. López subrayó que estas actividades permiten sufraga el coste de mantenimiento del recinto, que suma 5.000 metros cuadrados. La Junta ha contratado a un conserje, aunque por ahora se desconoce el gasto anual por el mantenimiento del centro.

Así, desde su apertura en marzo, el Palau ha acogido un abanico de actividades, como un foro de videojuegos, un cantacuentos, la cena anual de la patronal turística o una velada de boxeo, entre otras. También ha albergado pruebas de oposiciones de empleos públicos. Desde septiembre a marzo limitará su actividad a la presentación de gaiatas y a partir de la primavera optará por nuevos eventos que permitan su supervivencia.