El sector citrícola de la provincia de Castelló afronta la próxima campaña con un problema añadido al que ya sufre de forma constante, como es la crisis de precios. El pasado año caducó el convenio que rige las pautas de la recolección de citrícos, que estuvo en vigor durante siete años, y las partes implicadas, sindicatos y patronal se sentaron a negociar sin llegar a un acuerdo.

Este bloqueo en las negociaciones se arrastra desde el pasado mes de febrero, en el que los representantes del comité de gestión de citrícos, formado por empresas privadas, Fepac-Asaja y cooperativas agrícolas, se levantaron de la mesa de negociación ante la falta de acuerdo debido a las posturas enfrentadas.

El principal escollo a salvar está en la cuestión del salario, ya que mientras los sindicatos apuestan por una subida de los mismo, según el IPC, la patronal se muestra cómoda con el convenio vigente por el que la mayoría de los trabajadores cobra por jornal.

Esta situación de incerteza afecta a más de 20.000 personas de la provincia de Castelló que se dedican durante los meses de campaña a recoger la naranja del campo. Los sindicatos CC OO y UGT ya han movido ficha y amenazan con ir a la huelga sino se llega a un acuerdo antes de finales de septiembre "porque la situación no puede seguir así", advirtió el secretario de la Federación Agroalimentaria de CC OO en Castelló, José Luis Ortega.

Posturas enfrentadas

Las exigencias sindicales de cara a la negociación del convenio colectivo pasan por reclamar la estabilidad laboral y acotar el papel de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) en todo el proceso de contratación. "Aparecen y desaparecen y los trabajadores no cobran, ofrecen contratos que desregularizan el sector, por lo que la Inspección de Trabajo debería tomar nota y exigir a las empresas que paguen el salarios que marca el convenio", señaló Ortega, quien acusó a "muchas" empresas de pagar salarios por debajo de lo acordado y de contratación ilegal.

Teniendo en cuenta las directrices estipuladas un "collidor" cobra al día unos 50 euros y suele trabajar entre 100 y 200 días, según cooperativas. En este sentido, los sindicatos denuncian que en los últimos años se haya extendido la práctica del destajo.

En la otra parte está el comité de gestión de citrícos, del que forma parte Fepac-Asaja, que ha optado por mantenerse al margen en este conflicto y rechazar su potestad de voto en la negociación. Según el secretario general de Fepac-Asaja en Castelló, Doménech Nácher, "nosotros como agricultores estamos fuera de este tema, somos neutrales, porque una parte implicada es la que nos compra y, la otra la que nos recoge las naranjas".

Nácher pidió a las dos partes que lleguen a un entendimiento cuanto antes "porque sino corremos el peligro, como ya está sucediendo, de que las cooperativas se marchen a otras zonas de España donde los trabajadores cobran por debajo del convenio de aquí".

En esta mesa de negociación también está representada, aunque no tiene derecho a voto, la Unió de Llauradors i Ramaders, quien ha instado a todos los miembros de la mesa negociadora del convenio de recolección a que apuren todas las posibilidades de acercamiento en la negociación que está bloqueada. El vicesecretario general de La Unió y miembro de la comisión negociadora, Miquel Oltra, consideró que los "collidors" deben regirse cuanto antes por un convenio actualizado teniendo en cuenta la complicada coyuntura.