El presidente de la Generalitat Valenciana y ex alcalde de Castelló, Alberto Fabra, anunció ayer que acabará con las aulas provisionales en esta legislatura al tiempo que afirmó que el modelo plurilingüe valenciano multiplicará las oportunidades de los jóvenes de la Comunitat.

Fabra se manifestó en estos términos tras inaugurar el curso escolar 2011-2012 en el Centro de Educación Infantil y Primaria Manuel Bru de Benissa. El presidente no hizo siquiera mención al proceso de privatización de centros que anunció su directora general el martes y ofreció una frase amable en la que aseveró "nuestro compromiso es la educación y por ello tenemos que ofrecer las mejores instalaciones e infraestructuras a nuestros jóvenes de manera que esta cuestión quede fuera del debate político".

La máxima autoridad del Consell añadió que la educación "tiene que ser un compromiso de todos y por lo tanto no es una cuestión partidista, sino un compromiso social".

El Jefe del Consell también hizo hincapié en el programa de educación plurilingüe del Consell, "una propuesta que persigue que nuestros alumnos adquieran competencias lingüísticas en tres idiomas". Así, adelantó que casi el 80% de los valencianos quiere una enseñanza en castellano, valenciano e inglés al tiempo que que el 21% de las ofertas de empleo requieren idioma extranjero".

Según Fabra, el modelo plurilingüe del Manuel Bru de Benissa "va a ser un ejemplo para toda la educación de la Comunitat, lo que nos obliga a ofrecer a todos los jóvenes un futuro mejor apoyado en una formación que les capacite a hablar en tres idiomas: castellano, valenciano e inglés".

A este respecto, indicó que la Generalitat "está preparando a nuestros jóvenes en esa difícil tarea que es enfrentarse a los retos que les va a exigir la sociedad y lo hacemos en las mejores condiciones, con las mejores infraestructuras y con las mejores personas que podamos poner a su disposición para que todo sea un éxito". Además, insistió en que le "preocupa" el fracaso escolar, "y por eso va a ser un pilar en esta legislatura".

Baldosas apiladas junto a sacos de cemento, cajas amontonadas sin espacio, más de 250 barracones prefabricados, pancartas de protesta, estudiantes y profesores en huelga, padres, madres de alumnos, sindicatos y partidos políticos indignados (inclusive ayuntamientos del PP)... Este es el paisaje que distorsionaba ayer la normalidad del inicio de curso de educación primaria en los 172 colegios de la provincia de Castelló.

Un año más, 3.700 escolares castellonenses tendrán que volver a utilizar los pasillos ante la falta de aulas, soportar la inundación de instalaciones precarias, compartir los ordenadores de la sala de profesores o renunciar a vivencias básicas para su educación como la clase de gimnasia, el aula de música, el proyecto de radio que ganó un premio nacional, el patio de recreo o el laboratorio.

Pese a ello, las mil y una precariedades no fueron impedimento para que este 8 de septiembre dejara en la retina las instantáneas propias de un inicio de curso escolar: madres con prisas para no llegar tarde el primer día de clase, libros que huelen a nuevo, bocadillos en papel de albal, reencuentros para contar las vacaciones de verano, sonrisas traviesas y alguna que otra lágrima, mochilas de estreno en fila, los primeros partiditos de fútbol y nervios en la barriga...

La ilusión -o desilusión- fue la misma de todos los años, aunque los recortes y la falta de recursos condicionaron el arranque escolar en todas las comarcas castellonenses.

En el interior, la falta de docentes que todavía no han sido incorporados por la conselleria de Educación marcó el inicio del curso en el CRA que forman La Mata, Forcall y Sorita. En el colegio de Forcall, según la edil de Educación, Montse Sorribes, el ayuntamiento ha vuelto a solicitar a la conselleria de Educación la construcción de un comedor, "pero todo nos hace indicar que por falta de dinero no lo van a construir y un año más los niños deberán desplazarse diariamente hasta la plaza Mayor para comer, debiendo atravesar la carretera asumiendo la responsabilidad los maestros", informa Javier Tena.

Los niños de Morella volvieron al Colegio Mare de Déu de Vallivana y percibieron que presenta las mismas deficiencias estructurales que en los cursos anteriores, informa David Gil.

Unos kilómetros más hacia la costa, en Vinaròs, el nuevo curso se inició con obras en el colegio de la Asunción y aulas prefabricadas en el Jaume I.

Las obras del Asunción consisten en la construcción de un nuevo edificio de Infantil que no impedirán el desarrollo normal del curso, explicó su director, José Manuel Borrás. Concretamente este edificio albergará dos aulas de Infantil, además de un aula multiusos, lavabos y un patio.

Respecto al Jaume I, inició un curso más en aulas prefabricadas a la espera que la conselleria construya el centro, informa Juan José Benito.

En Benicàssim, más de mil alumnos comenzaron las clases ayer en los colegios públicos de Benicàssim. Mientras que los 601 alumnos del CEIP Santa Águeda lo hicieron sin ningún problema, el hundimiento de una zona del tejado del CEIP Palmerar casi consigue que 444 alumnos no pudieran comenzar ayer las clases. Finalmente, el ayuntamiento colocó unas paredes de contención que permitió que se iniciaran las clases de forma provisional, a la espera de que la conselleria aporta una solución, informa Ana Torregrossa.