El Centro de Cultura de Càlig fue la noche del viernes al sábado un hervidero. Una reunión popular convocada por el PSPV de la localidad a la que asistieron unas 70 personas, quiso escenificar un cambio radical de comportamiento de la localidad hacia las dos infraestructuras relacionadas con los residuos del norte de Castelló que se sitúan en el extrarradio de esta localidad del Maestrat en terrenos de vecinos de Càlig pero dentro del término de Cervera y con accesos desde Càlig. Según informó la nueva alcaldesa socialista, Ernestina Borrás, "los abogados nos han dicho que, excepto uno, los pleitos no tienen sentido y no estamos en situación de tirar dinero, por lo que vamos a pedir compensaciones por ser el municipio más perjudicado por el Consorcio", dijo.

Conseguir empleos

Otras de las nuevas tendencias pasan por tratar de poner a trabajar en la planta "a gente parada de la localidad y haremos lo posible para que la mayor parte de las 30 personas que vayan a trabajar allá sean gente de Càlig, por lo que todo aquel interesado que traiga su curriculum al ayuntamiento y lo llevaré al Consorcio", aseguró. Por otro lado se pedirán compensaciones económicas que irán directamente a los presupuestos de 2012 y se aprobará un proyecto presentado de asfaltado de la carretera de Peñíscola a Càlig y su posterior ampliación en una segunda fase. "La obra podíamos adjudicarla en Junta de Gobierno y llevarla al pleno del lunes, he preferido no esperar al próximo pleno de diciembre. Además decidiremos qué camiones pueden pasar y cuales no", indicó.

Esto conlleva que tragarán con el paso de vehículos pesados por sus caminos municipales, una de las luchas de la anterior legislatura en la que el PSPV estuvo en minoría frente a PP y la Agrupación de Electores de Càlig (AEC). En la anterior legislatura incluso se llegó a aprobar por unanimidad que el consistorio se opondría al tráfico de camiones hacia la Bassa. Hoy todo esto parece agua pasada "ante la realidad de los hechos que es que en dos meses la planta estará funcionando", agregó Borrás. Pero los cambios no quedan ahí. Como si de un cambio de cromos se tratara, de aceptarse estas propuestas "se cobrarían las expropiaciones que los propietarios de la Bassa todavía no han cobrado del Juzgado de Expropiaciones y que queremos que cobren porque nada tiene que ver que no estén conformes con ellas con que no puedan cobrar", señaló la alcaldesa socialista que admitió estar dispuesta a "sacar lo que se pueda porque hacer retroceder el tiempo es imposible".