Enrique Monsonís murió ayer, aún con ganas de vivir, escribir y dar a conocer su faceta de político, ya que "nada más le diagnosticaron el cáncer, se puso manos a la obra para escribir un libro que editaremos dentro de dos semana", explicaba su hijo, Daniel Monsonís. El que fuera el presidente del primer Consell preautonómico de la Comunitat Valenciana, en el, período de 1979 a 1982, murió ayer dejando un legado político en la Comunitat Valenciana. La capilla ardiente quedará instalada desde hoy a las 10.00 de la mañana en el Ayuntamiento de Burriana, que ha decretado tres días de luto, hasta proceder a su sepultura el lunes. Por su parte, la Generalitat también ha decretado un día de luto y ha decidido suspender todos los actos oficiales de hoy sábado.

Monsonís deja a sus espaldas una intensa carrera política. Desde Alemania empezó su carrera p con la militancia en el FDP, llegando a ser asesor de un ministro alemán. Pero Monsonís fue también un gran exportador de naranjas, lo que le hizo viajar hasta Alemania, y ser presidente de la Cámara de Comercio de Fráncfort del Meno.

Su vuelta a España fue para participar en la Federación de Partido Demócratas y Liberales, que después daría paso a Unión de Centro Democrático (UCD), en donde fue asesor del vicepresidente del Gobierno, Fernando Abril. En 1978, subió a ostentar el cargo de consejero de Agricultura en lo que se conocía como Consell del País Valencia, lo que sería en un futuro la Generalitat Valenciana, y de ahí, pasó a ser conseller de Economía, Hacienda, Interior y Urbanismo. El siguiente paso, un año después fue ocupar el puesto de President tras la aprobación del Estatut de Autonomía y después de la dimisión del socialista, Josep Lluís Albiñana. Joan Lerma fue el sucesor de Monsonís al frente de la Generalitat, y el burrianense se marchó de diputado al Congreso hasta 1983.

Un libro por editar

En dos semanas verá la luz un nuevo libro, ya póstumo. "Cinco años al frente de la política valenciana, sin déficit, ni deuda", que es su título, recoge sus años al frente de la Generalitat, "en dónde destaca que no le gustaba deber dinero a nadie, y se cansaba de decir que los proveedores de la Generalitat en mi tiempo cobrarán en una semana, porque ese era su estilo político", comentaba su hijo. "Él quería documentar su época política durante la transición, pero también explicar paso a paso, el tiempo que estuvo como President. El libro está casi terminado, se encuentra en fase de maquetación, y en dos semanas estará acabado para poder publicarlo", destacaba Daniel.

De hecho, una última anécdota de Enrique Monsonís, explicaba el hijo, da a conocer el carácter de su padre. "Fue cuando recibió la carta de invitación al acto del 9 d'Octubre en el Palau de la Generalitat, donde especificaba que por austeridad se iba a suprimir el cocktail de la recepción, y él se rió, comentando que cuando él era presidente prescindió de los guardaespaldas, y sólo dejo cuatro coches oficiales, cuando ahora seguro que hay más de 400. Aquello era austeridad y no lo de ahora", comentaba su hijo, Daniel.

Los últimos años de vida de Enrique Monsonís, "aún lo llamaban los grandes partidos para mantener una imagen de político limpio, ético. Desde su paso por Alemania, donde empezó con la política, y fue asesor de un ministro alemán, hasta su llegada a España, él intentó aglutinar todas las ideas con un frente común, trabajar para la gente". "Su idea de la política era, que los ciudadanos debían de mandar sobre todas las cosas, y la política no tenía que ser intervencionista, sino estar a disposición de los ciudadanos, porque ellos eran los que elegían a sus representantes".