La sociedad concesionaria trabaja para que el aeropuerto de Castelló pierda el apellido "sin aviones". Negocia con media docena de compañías y el objetivo es cerrar acuerdos que posibiliten abrir la infraestructura en abril con algo de actividad.

Conseguir algo tan obvio como que un aeropuerto tenga aviones, no es tarea fácil en los tiempos actuales. La crisis también ha golpeado a las aerolíneas, que se han visto obligadas a realizar ajustes y no están para aventuras de incierto resultado. Aeropuertos como los de Lleida, Huesca o Ciudad Real, sin apenas tráfico, pueden dar fe de ello.

El consejero delegado de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, declaró hace unas semanas que "con la que está cayendo, no es época de sembrar. Según dijo, "operar en el aeropuerto de Castelló evidentemente es una siembra porque cualquier aeropuerto nuevo implica perder dinero y las siembras ahora son menos apetecibles que antes". Y lo dijo el responsable de la única aerolínea que, de manera clara, ha manifestado su voluntad de operar en Castelló. Air Nostrum dice mantener su "vocación" de trabajar en la instalación desde el principio.

Los responsables del aeropuerto han intensificado en las últimas semanas los contactos con compañías. Según señalaron fuentes de la sociedad, han entablado contactos con media docena de firmas con el objetivo de poner en marcha la infraestructura en abril "con aviones".

Varios frentes

Especialmente intensas fueron las gestiones en la feria de Berlín World Routes, donde se promocionan 800 aeropuertos y 300 aerolíneas de todo el mundo. El Patronato Provincial de Turismo también ha negociado con turoperadores internacionales para que trabajen con vuelos chárter en el aeropuerto. Así mismo, se perfila la llegada por aire de 25.000 pensionistas austriacos, la próxima primavera, a través de la agencia Senioren Reisen. Ya estaba previsto que lo hicieran esta campaña, pero el retraso del aeropuerto obligó a desviarlos a Reus y Manises. La diputación tuvo que asumir los gastos del traslado por carretera a Castelló.

La imposibilidad de dar una fecha de apertura frena los acuerdos con compañías, que piden plazos concretos. La puesta en funcionamiento del aeropuerto de Castelló está en manos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que es la que ha de certificar la infraestructura y otorgar la autorización.

El tráfico con el que arrancará el aeropuerto es una incógnita. Las sociedades responsables de las instalaciones mantienen su previsión de 600.000 pasajeros para el primer año de funcionamiento. Recientemente, la Conselleria de Turismo rebajó a la mitad esta cifra y estimó que llegarán 300.000 viajeros.

El contrato que liga a la sociedad pública Aerocas con la privada Concesiones Aeroportuarias obliga a la primera a cubrir las pérdidas de la segunda en los ocho primeros años de vida del aeropuerto.