El secuestro de tres cooperantes (dos de ellos españoles) en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) ha conmocionado y sorprendido a los colectivos de Castelló solidarios con el Sáhara Occidental y a la ONG Smara -organizadora del programa de acogida de niños saharauis en verano-.

De hecho, durante las últimas horas se han multiplicado las llamadas telefónicas de familias castellonenses a los campamentos, especialmente para contactar con las familias de los niños que acogen en verano y conocer el estado de la situación tras el rapto atribuido a Al Qaeda.

Una de las primeras consecuencias es la incertidumbre frente al habitual viaje de diciembre en el que decenas de castellonenses -cientos durante los últimos años- suelen desplazarse a los campamentos de refugiados a visitar a los niños y a unas familias que ahora se han convertido prácticamente en las suyas.

En líneas generales, y a pesar de las duras condiciones estructurales en las que vive la población saharaui, siempre se ha tratado de un viaje con amplias garantías de seguridad. De hecho, en estas expediciones han participado castellonenses de todas las edades e incluso alumnos de instituto que han participado en proyectos o viajes de fin de curso solidarios.

Es por ello que este suceso inédito ha sorprendido a todo el movimiento de solidaridad con el Sáhara Occidental y a la propia población saharaui, que desde hace 36 años sufre la ocupación marroquí en contra de las resoluciones de la ONU y vive dividida entre la zona ocupada y los campamentos de refugiados en territorio argelino. Por lo pronto, la prioridad de los diferentes delegados saharauis es la liberación de los tres rehenes, entre los que se encuentra la madrileña Ainhoa Fernández y el mallorquín Enric Gonyalons. No obstante, la Federación Valenciana de Asociaciones de Solidaridad con el Pueblo Saharaui mantiene en pie el viaje de diciembre. A este respecto, la presidenta de Smara, Purificación Rodríguez, hizo una llamada a la tranquilidad. "Creo que hay que tener tranquilidad. Creo que se puede seguir yendo tranquilamente a los campamentos y no tiene por qué repetirse un suceso como éste. Es la primera vez que sucede en 36 años. Ahora esperamos que se solucione pronto y que no pase nada a los secuestrados. Además, ahora va a haber incluso más vigilancia, especialmente cuando vayan las familias. Yo le diría a la gente que no coja miedo y esperemos que esto se resuelva cuanto antes".