En ocasiones las chiquilladas se convierten en peligrosas temeridades. Lo que puede resultar un juego de niños lanzando naranjas a los vehículos que pasan por la calle trae consigo responsabilidades penales. Así, lo considera la Audiencia Provincial de Castelló que ha ratificado una sentencia del Juzgado de Menores, en la que se condena a una niña de 14 años por un delito contra la seguridad vial y una falta de daños. El magistrado considera probado que la menor en enero de 2006, estando en compañía de otros menores, lanzó "bastantes" naranjas desde un huerto de la calle La Marina, al inicio de la avenida del Grau, al paso de los vehículos.

Una de estas naranjas impactó contra un vehículo, cuya conductora, asustada por un golpe brusco, "dio un fuerte volantazo hacía la izquierda, llegando a invadir el carril contrario de circulación, poniendo en riesgo su vida e integridad física". Fruto del accidente, el coche sufrió una pequeña abolladura, cuya reparación costó 148,25 euros, que tuvo que sufragar la aseguradora del vehículo. Fue la compañía de seguros la que presentó el recurso de apelación para que los padres de la menor tuvieran que acarrear con este gasto, pero la Audiencia considera que esta reclamación económica llega tarde, ya que hubiera tenido que hacerse durante el juicio y no a posteriori.

Por un delito contra la seguridad vial y una falta de daños, el auto judicial condena a la niña, que ahora ya es mayor de edad, a un año de libertad vigilada con el contenido que determine la entidad pública que deberá incluir necesariamente orientación y formación en planificación familiar, así como control en las actividades de ocio y supervisión de su actividad académica.