El equipo de gobierno de Castelló mantiene su intención de seguir permitiendo el consumo de alcohol en la zona de las tascas y para ello modificará el artículo de la ordenanza de convivencia municipal que regula esta singularidad y que ha anulado el Tribunal Superior de Justicia, según avanzó ayer el concejal de Sostenibilidad, Gonzalo Romero.

El fallo ha invalidado, a instancias de un recurso de Castelló Sense Soroll, la excepcionalidad de las tascas al considerar que contraviene la ley autonómica de drogodependencia, una decisión que deja en el aire la pervivencia del modelo de tascas que conoce la ciudad desde hace 30 años. La regularización del Consell impide el consumo de alcohol en la vía pública "salvo en los lugares en los que esté debidamente autorizado, o en días de fiestas patronales o locales, regulados por la correspondiente ordenanza municipal", y el artículo de la normativa local da vía libre a la ingesta de alcohol en las tascas de modo general y sin citar el permiso especial.

El ejecutivo de Bataller ha admitido su error y ahora se afanará, según Romero, en cambiar el artículo cuestionado para adaptarlo a la ley del Gobierno valenciano, que fue aprobada cinco años antes (2003) que la ordenanza municipal (2008). "Lo que queremos es hacer compatible este artículo con la ley sobre drogodependencias del Consell para garantizar que se ajuste, en todos sus extremos, al marco legal actual que fija la normativa autonómica", subrayó el regidor de Sostenibilidad en un comunicado. El edil, que este diario intentó contactar sin éxito, apuntó que "la propia sentencia recoge el contenido de ley en el que se afirma que se permitirá el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública siempre que se esté debidamente autorizado, una circunstancia que es la que queremos conseguir para un lugar que hace décadas es punto de encuentro de los castellonenses y también uno de los atractivos del ocio de la capital".

De las afirmaciones de Romero se desprende que el ayuntamiento eludirá presentar el recurso al Supremo, que suspendería provisionalmente la sentencia, lo que dejará en una situación de incertidumbre a las tascas hasta que se apruebe la nueva ordenanza, que deberá ser ratificada por el pleno.

Prohibición provisional

Si el gobierno local no recurre, la prohibición en las tascas entrará en vigor una vez se ejecute la sentencia, un trámite que se aplicará cuando finalice el plazo de presentación del recurso y el juez ordene su materialización. El fallo podría ser una realidad entre 15 días y un mes, con lo que los propietarios de las tascas podrán dispensar alcohol en Navidad.

No obstante, el cambio que promoverá el ayuntamiento no garantiza la compatibilidad del consumo de bebidas alcohólicas en las tascas con la ley autonómica. Esta última exige que se justifique la singularidad, y ello ya lo hizo el ejecutivo local con la declaración en 2010 de las tascas como espacio urbano de interés turístico gastronómico.