Era el día más esperado por Francisco Camps en su calvario judicial. Llegó al Palacio de Justicia de Valencia acompañado por su hijo pequeño. Luego subió los 55 peldaños de la magna escalinata y, ya a las puertas de la sala, el expresidente mató los minutos previos al inicio de la sesión charlando con un guardia civil. Después de oír la declaración de los siete primeros testigos de la sesión, llegaron sus principales bazas testificales en este juicio de los trajes. Primero fue el agente de policía nacional que ha sido el jefe de la escolta de los últimos cuatro presidentes de la Generalitat, incluido Camps. En su declaración de ayer, el escolta aseguró ante el jurado popular que, en el verano de 2008, prestó unos 200 euros a Camps delante de la tienda Forever Young de Madrid para pagar las prendas allí adquiridas porque el expresidente no llevaba suficiente dinero encima. Ahora bien: el escolta añadió que él no entró a la tienda ni vio si Camps pagaba por las prendas que luego sacó del establecimiento.

Según el relato del escolta, Camps entró en la tienda a media tarde, después salió y se aproximó al conductor de su coche oficial y al escolta. "Se acercó a nosotros y nos dijo si podíamos dejarle dinero porque no le llegaba para hacer un compra. Y yo le dejé dinero, sobre 200 euros más o menos", declaró ayer el escolta, con identidad protegida por su condición de policía. A continuación, siempre según el escolta del expresidente, Camps salió de la tienda "con un par de bolsas", las dejaron "en el maletero" del coche oficial y se fueron. A preguntas de la acusación popular, el escolta afirmó que "no" vio lo que hacía Camps en el interior de la tienda, ni siquiera por razones de seguridad. "¿Podría no haberse gastado nada [dentro de la tienda]?", preguntó la acusación popular. "Podría", respondió el escolta.

El relato del escolta refuerza la explicación de Camps, quien sostiene que pagó en metálico las prendas de ropa que adquirió en Forever Young y que en una ocasión tuvo que pedir prestado dinero a su escolta. Esta misma versión de los hechos la refrendó el siguiente testigo: Francisco Campos, chófer de Camps durante cuatro años y que sigue trabajando oficialmente para el expresidente. El conductor corroboró el relato del escolta: "Yo vi el dinero en su mano, pero la cantidad, no", dijo el chófer en referencia al préstamo que le hizo el escolta.

Siempre le prestaban dinero

Éste era un procedimiento frecuente. Según coincidieron ambos, era "habitual" que Camps les pidiera dinero en metálico. Siempre se lo prestaba el escolta. "Yo el dinero no lo llevo, es el compañero el que lo lleva", aclaró el chófer. Para comprar un "libro de recuerdo" o para un "detalle familiar", dijo el escolta, Camps solía pedirle dinero prestado y siempre se lo devolvía al finalizar la jornada. "Subía a su domicilio, [cogía dinero] y me lo devolvía", explicó el agente, que remarcó que la cantidad de algo más de 200 euros de aquella ocasión la recuerda "bien" porque esa cantidad era más alta de lo habitual y porque se la dio en billetes de cien euros.

Además, a preguntas del abogado del anterior jefe del Consell, el escolta que solía ejercer de prestamista informal de Camps afirmó: "Yo jamás le he visto ninguna tarjeta de crédito [a Camps] y no sé ni siquiera si la tiene", dijo.

A preguntas de la fiscal, el escolta reconoció que se había reunido en dos ocasiones con el letrado de Camps: antes de la audiencia preliminar y estas mismas Navidades "para contarle la verdad de los hechos". También el chófer de Camps admitió que se había reunido un par de veces con el representante legal del expresidente "para manifestarle lo que había ocurrido en Madrid".

Por otro lado, el escolta contó que, siguiendo órdenes del anterior jefe del Consell -acusado de un delito de cohecho impropio pasivo - en una ocasión fue a la tienda de Milano en Madrid para llevar cuatro portatrajes.