La absorción de la entidad pública Proyecto Cultural de Castelló S.A. dentro de un holding de promoción cultural y de ocio de la Generalitat -aprobada por el Consell en su plan de medidas de ahorro- deja pendiente de un hilo el polémico cargo del exalcalde José Luis Gimeno como consejero delegado de Castelló Cultural, según confirmaron ayer fuentes próximas a la Generalitat.

Esta es una de las primeras consecuencias de un decreto ley de ajustes anticrisis con el que el Consell quiere ahorrar 1.000 millones de euros y entre cuyas medidas principales destaca la eliminación de 40 de las 46 entidades públicas de la Generalitat, lo cual supondrá un recorte de más de 120 millones de euros en gastos anuales.

La fagocitación de Castelló Cultural dentro del holding tiene como objetivo la aplicación irreversible la erradicación de ciertos gastos de funcionamiento, asesoría, altos cargos, sueldos y personal en general.

No en vano, el nuevo vicepresidente y portavoz del Consell, José Císcar, advirtió que la Comunitat debe priorizar gastos para afrontar los delicados momentos de crisis marcados por la deuda, la imposibilidad de pagar a proveedores y el agotamiento de la tesorería. Sobre el papel, y según las palabras del vicepresidente, dentro de esta nueva concepción del gasto autonómico no deberían tener cabida gastos superfluos, contratos millonarios sin resultados, creación de altos cargos estériles a medida ni proyectos faraónicos de dudosa rentabilidad social. En esta tesitura, no pasa desapercibido que el caso de José Luis Gimeno (con casi 70 años y que ha estado cobrando ya en edad de jubilación) y su virtual proyecto de la Ciudad de las Lenguas se han convertido en casi un paradigma que reúne buena parte de las prácticas de ineficiencia del dinero público que ahora el Consell asegura querer erradicar.

No en vano, la llegada de Gimeno a Castelló Cultural estuvo cubierta por la polémica desde el primer día. El entonces presidente del Consell, Francisco Camps, forzó en 2005 la dimisión del que fuera alcalde de Castelló, José Luis Gimeno, para encomendarle a cambio la dirección del proyecto de la Ciudad de las Lenguas y concederle un sueldo de consejero delegado en Castelló Cultural, además del salario de su asesor, José Luis Tirado (Josety), una secretaria y un coche oficial propio con chófer. El precio económico de este cambio de ficha del PP se reflejó en un nuevo sueldo para Gimeno y sus asesores. En el caso del exalcalde, el salario se acercó a los baremos utilizados para un conseller (más de 60.000 euros al año). Todavía más polémico resultó el puesto a dedo para Josety, un personaje de ideas de ultraderecha -y sin ni siquiera estudios secundarios- que supuestamente debía ofrecer asesoramiento sobre cultura e idiomas. Siete años después, el proyecto no ha dado ningún resultado y el Consell ya avanzó el ocaso de la aventura de Gimeno con el despido de Josety.