El objetivo del Palau de la Festa de autofinanciarse a través de la celebración de eventos deberá esperar. La crisis económica ha reducido a la mínima expresión la cifra de actividades lúdicas en el recinto festero. El Palau tiene el hándicap añadido de que sólo tiene seis meses para los eventos, dado que de septiembre a abril está reservado para las presentaciones de gaiatas y la proclamación de las reinas de las fiestas, que es el motivo por el que se construyó inicialmente.

La Junta de Fiestas es la responsable de la gestión del centro, que fue inaugurado en marzo de 2011. Para 2012 ha previsto 18.000 euros para el mantenimiento del inmueble, a lo que hay que añadir el salario de un operario. El presupuesto de la junta procede en buena parte del Ayuntamiento de Castelló, con lo que el Palau de la Festa supone un coste a las arcas municipales.

El reto de la ente festero es lograr que dentro de unos años sea autosuficiente mediante la organización de eventos, según destacó ayer el presidente de la junta, Jesús López. No obstante, este propósito se está demorando por el impacto de la crisis económica, admitió. López subrayó que el Palau podría autofinanciarse con fondos propios con la celebración de dos o tres eventos al mes durante el periodo que queda libre de los actos magdaleneros (abril-septiembre). El problema es que, además de la crisis, el Palau compite con otros complejos de la ciudad, alguno de ellos levantado específicamente para la celebración de conciertos o eventos como el Auditori y Palau de Congressos.

Está teniendo dificultades incluso para que triunfen las actividades programadas. Al respecto, la Junta de Fiestas se vio obligada a suspender el 28 de diciembre el concierto de Grease previsto, que ha cuajado en otras ciudades de España, al venderse sólo cien entradas. El año pasado llevó a cabo un foro de videojuegos, un cantacuentos, la cena anual de la patronal turística o una velada de boxeo, entre otros actos. También congregó pruebas de oposiciones de empleos públicos.

La puesta en marcha del Palau de la Festa fue un compromiso del exalcalde de Castelló, Alberto Fabra, con los colectivos festeros de la ciudad. Las obras costaron 7,6 millones de euros. En principio, Consell y consistorio asumen a partes iguales la inversión. De momento, el ejecutivo local ha asumido en solitario la financiación, obligando al equipo de gobierno local a incrementar su nivel de endeudamiento. La Generalitat aportará su importe en diferentes anualidades hasta 2017.