Alguien tendrá que poner orden en el Castellón. Ayer el equipo albinegro fue vapuleado por el Atlético Saguntino y el colegiado. A eso se pueden aferrar los más albinegros. Pero la cruda realidad es que por unas cosas o por otras este equipo no está hecho para jugar lejos de casa. Ayer, los goles de Gabri y Alberto Bielsa apuntillaron a los orelluts, que ya salieron tocados y casi hundidos por la actuación del colegiado Ros Calvo, que con 0-0 no quiso señalar un claro penalti a Juanjo y además a los pocos minutos de la reanudación expulsó a Blyndu con toda la rigurosidad del mundo. A pesar de ello, es inadmisible que esto continúe así. O se adoptan medidas, o lo de abandonar la Tercera División por la vía rápida será pura fantasía.

El primer tiempo acabó tal y como empezó, pero con la sensación de que al conjunto albinegro le habían hecho un pequeño atraco. Cuando apenas restaba un minuto para la conclusión se produjo una dura entrada (por detrás) al jumillano Juanjo Martínez que tenía toda la pinta del mundo de ser penalti. El colegiado cometió doble error porque amonestó al futbolista albinegro por pensar que se lanzó a la piscina. Además, la primera parte también concluyó con gritos hacia los jugadores orelluts: «Hay que ponerle más huevos».

El encuentro, en líneas generales, fue un duelo típico de Tercera División o de una categoría inferior. Balonazo allá; pelotazo acá. Idas y venidas. Los castellonenses, después de una semana ajetreada, dieron la cara durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Enfrente tuvieron a un rival aguerrido y peleón a más no poder, y además una grada muy entregada con los colores de su equipo. A los tres minutos Marc Cosme probó fortuna, enviando su disparo desviado. Fue el único tiro de los capitalinos en el primer tiempo.

El Atlético Saguntino, que peleó todos y cada uno de los balones, tampoco se prodigó mucho más en ataque. En el minuto 11, Alberto Bielsa se escapó de la zaga albinegra y menos mal que se cruzó Aridani. En el 39, Eduard salvó los muebles con su salida a los pies del mismo exatacante del Altura. Y así fueron discurriendo los minutos, con un juego más directo que otra cosa. Choque, interrupciones, gritos de la grada... hasta que se llegó al minuto 44 y el colegiado le escamoteó un penalti a Juanjo. Claro derribo que Ros Calvo se saltó a la torera.

Y la segunda parte no pudo empezar peor. En el minuto 49 doble amarilla al central ruso Andrei Blyndu (tan rigurosa como la primera) y el Castellón se quedó con uno menos. Movió ficha Cabello mientras el balón estuvo parado. Joel al vestuario y Guille al campo. Se ejecutó la falta y el cabezazo en parábola de Gabri cogió adelantado a Eduard y gol. Era el 1-0 y todo se le puso en contra a los albinegros en apenas un minuto.

Tocaba remar contra corriente. Al cuarto de hora, y visto que delante seguía faltando algo, el míster del Castellón retiró del campo a Raúl Rodríguez y sacó al defenestrado Stefan Rodríguez. El Atlético Saguntino le había entregado la cuchara al equipo de Javi Cabello. Atrás amarrados para contragolpear e intentar ponerle la puntilla al rival. Los castellonenses no estaban cómodos. Les costaba demasiado acercarse a la portería de Nico. Se prefirió el toque antes que ser más directos. Ese juego sin transición que no gusta pero que a veces es efectivo. El único disparo intencionado fue un cabezazo de Aridani (min. 72). Y dicho y hecho. En el minuto 81 llegó una contra y Alberto Bielsa finiquitó el partido para un Castellón que necesita un lavado de cara porque de lo contrario el barco que hace tiempo que va a la deriva. O hay cambios o el equipo se convertirá en una caricatura.