Fernando Miralles comunicó ayer su retirada del Club Deportivo Castellón de una manera un tanto confusa. Antes de que Castellnou lo echara por sus continuos incumplimientos, sin haber atendido ninguno de los puntos del contrato de compraventa, anunció su marcha, a través de un comunicado de prensa repleto de contradicciones.

Para empezar, justificó su decisión "en la falta de apoyo y comprensión de las instituciones, Federación de Peñas, Sentimiento Albinegro, exjugadores, medios de comunicación y parte de los aficionados", pasando por alto que hasta Navidad se respetó su petición de darle un margen de confianza para asentarse y desarrollar, supuestamente, su proyecto.

Seguidamente, ofreció una fecha límite para la adquisición de sus acciones, aunque paradójicamente advirtió que, en caso de no aparecer ningún comprador en ese periodo de tiempo, devolverá los títulos a Castellnou. Es decir, que en realidad nunca tuvo el control sobre ese 80% que siempre pregonó, sino que simplemente realizó una declaración de intenciones para una futura compra.

"La fecha límite para la posible adquisición de este porcentaje de acciones de la sociedad es el 31 de enero de 2012 a las 12 de la noche. Si no se produce la venta antes de esa fecha, abandonaré la entidad el 1 de febrero de 2012, pasando esta a manos de los anteriores propietarios y gestores", prosiguió el comunicado.

También resultó chocante su siguiente compromiso, liberando de la carga económica de la presente temporada al nuevo comprador del Castellón. "Deseo expresar pública y oficialmente que, independientemente de a que la venta se produzca o no, me haré cargo de todos los compromisos adquiridos hasta el próximo 30 de junio. A todos, empleados, jugadores y técnicos, se les abonará en los plazos acordados lo que durante esta temporada se les firmó".

Al respecto, Miralles informó a los tres capitanes del equipo -Raúl Rodríguez, Miguel Ángel y Aarón- que desconoce cuándo se les podrá pagar a los jugadores las cantidades pendientes desde noviembre. Lo hizo en una reunión de más de una hora en Castalia, coincidiendo con el envío a los medios de comunicación de su renuncia, en la que igualmente incluyó la destitución de Javier Cabello como entrenador, si bien de un modo elegante. "De mutuo acuerdo y dado que llegó a mi lado, comunico que Javier Cabello se desvincula de la entidad".

Desde hoy, Pedro Fernández Cuesta será el primer técnico del Castellón, formando dupla con Emilio Isierte.