Un informe elaborado por la Comisión Europea desvela que España y la franja costera Mediterránea (incluido el litoral de Castelló) es el punto geográfico de la Unión Europea donde más se incrementó la erosión de suelo motivada por un urbanismo poco sostenible entre los años 2000 y 2006.

Las cifras reflejadas en el informe indican que, en dicho periodo, la pérdida o la degradación de suelo debido a la acción urbanística en el conjunto de la Unión Europea se incrementó en un 3%. Este porcentaje se dispara en Chipre e Irlanda hasta el 14%; y llega hasta el 15% en España.

Estos son los datos que difundió ayer la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea después de dar traslado del informe "The implementation of the Soil Thematic Strategy and ongoing activities" al Parlamento Europeo, el Comité Económico y Social Europeo y el Comité de las Regiones.

Al hilo de la aparición de este documento, el Grupo para el Estudio y la Conservación de los Espacios Naturales (Gecen) denunció que la provincia de Castelló "es uno de los ejemplos de desarrollo urbanístico insostenible que arrasa los ecosistemas que actúan de barrera natural frente a la erosión costera".

La opinión de Gecen es compartida por Greenpeace, que ha advertido en varios informes que que, según datos del propio Ministerio de Medio Ambiente, determinados puntos de la costa castellonense están experimentando una regresión acelerada a razón de hasta un metro de arena por año.

Greenpeace localiza los casos más graves en playas como Almenara, Alcalà de Xivert, Benicarló o Peñíscola. Uno de los casos más paradigmáticos es el Prat de Cabanes-Torreblanca, que en ciertos puntos como la playa de Carabineros ha perdido hasta 35 metros desde 1950.

En opinión de los colectivos ecologistas y de los propios científicos de la Unión Europea, la principal causa es la acción del ser humano y no el calentamiento global o el aumento de nivel de los mares.

El problema no sólo es la pérdida de superficie de costa, sino también la expansión de terrenos estériles que, a juicio del informe de la Comisión, acelerarán el proceso de desertificación si no se adoptan medidas para recuperar los ecosistemas y no dejar la tierra yerma a merced de las lluvias torrenciales que arrastran y desertizan a su paso lo que antes eran espacios con poblada vegetación.