Los empresarios de las tascas de Castelló aseguran que la decisión del ayuntamiento de volver a permitir beber alcohol en la calle ha sido "lógica" y de "sentido común" con la "tradición" de la capital de la Plana. Así se manifestaron ayer después de que el pleno aprobara el pasado viernes modificar el artículo de convivencia que valida de nuevo el consumo de alcohol en las calles de las tascas a partir de finales de abril. El portavoz de los empresarios de esta zona, Ernesto Bou, afirmó ayer que desde que prohibieron el consumo de alcohol los bares han registrados pérdidas de hasta un 40 por ciento por lo que la medida tomada por el consistorio "nos ayudará a reactivar la economía". Cabe recordar que la prohibición deriva de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, a raíz de una denuncia interpuesta por la asociación Castelló Sense Soroll, y que invalida el artículo de la ordenanza municipal que regula la singularidad de esta zona.

Bou hizo hincapié en que la mayoría de las alegaciones que se han presentado son de personas que "no viven" en la zona de las tascas. Es por ello que el portavoz de los empresarios asegura que el único problema que hay entre la asociación y ellos son por cuestiones "personales". "Uno de los socios de Sense Soroll es el dueño de unos de los locales de las tascas y tiene un alquiler de renta antigua. Lo que a él le gustaría es que se lo alquilara otro comercio", afirma Bou quien añade que otros de los que ha presentado alegaciones "tiene un pub debajo de su casa y solamente le molestamos nosotros". Por su parte, el portavoz de Castelló Sense Soroll, Pedro Monfort, apuntó al respecto que "la gente ha estado bebiendo en la calle con o sin prohibición así que da igual lo que hagan". Monfort explicó que todavía es pronto pero que tratarán el asunto con su abogado para estudiar qué medidas se pueden adoptar.

Subida de impuestos

Por otro lado, y en relación a la subida del IBI en un 20 por ciento aprobada por el Ayuntamiento de Castelló, el presidente de la Federación de Asociación de Vecinos, Amalio Palacios, acusó al equipo de Alfonso Bataller de "centrarse únicamente en la recaudación mediante la presión fiscal en las familias y no en los recortes que se podrían hacer en asuntos internos del consistorio" como los sueldos. Palacios apuntó que subiendo los impuestos se reduce el poder adquisitivo y, por consiguiente, el consumo, por lo que esta medida "afectará a toda la economía en general".