El obispo de la diócesis de Segorbe-Castelló, Casimiro López, elevó una plegaria deseando eficacia en su gestión, por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que estaba presente en el santuario del Lledó, en su homilía de la pontifical oficiada en la mañana de ayer en honor de la patrona de Castelló, que fue seguida por centenares de vecinos que abarrotaban la basílica y por los que a través del segundo canal de RTVV pudieron verla a través de la televisión.

La Basílica del Lledó fue insuficiente para contener a los cientos y cientos de castellonenses que quisieron honrar a la patrona en el día grande de su festividad y en particular en la celebración de la gran misa de pontifical que ofició el obispo en comunidad con el cabildo catedralicio de Santa María y otros sacerdotes, entre los que hay que destacar el canónigo prior de la cofradía y de la Basílica, Ignacio Pérez de Heredia y Valle, y de la Basílica, Josep Miquel Francés i Camús.

Dentro de la celebración religiosa conviene destacar el interesante sermón pronunciado por el obispo de la diócesis, que hizo referencia en numerosas ocasiones a las crisis de valores de nuestro tiempo, del que dijo que estaba ubicado lejos de Dios, y a la crisis económica.

A la eucaristía en honor de la Verge del Lledó asistieron el presidente Fabra; el alcalde de Castelló, Alfonso Bataller; el presidente de la Diputación, Javier Moliner, y el síndic de la Generalitat, Rafael Vicente, además de una amplia representación municipal. Tampoco faltaron otras autoridades provinciales, civiles y autonómicas, que ocuparon los primeros asientos del templo en compañía de todos los miembros de la Real Cofradía de Lledó y la junta de camareras de la Virgen.

En el altar mayor, engalanado con motivo de las grandes festividades, estaban el Perot y el clavario junto con el concejal procurador de la basílica. La patrona lucía el manto de la coronación que se utiliza en esta festividad solemne. En la parte musical hay que destacar la interpretación de una gran misa de Schubert a cargo de la coral Acadèmia d'Orfeu y la orquesta Supramúsica dirigidos por el maestro Ramón Segarra.

Al concluir la eucaristía en la basílica tuvo lugar un volteo de campanas desde el Fadrí a cargo del campanero municipal Fabio Giménez. Ya por la mañana, al amanecer, las campanas saludaron a los vecinos señalándoles la solemnidad de la jornada.