Los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) revelan que la escasez de lluvias registradas durante los últimos meses ha provocado un descenso del 10% en las reservas hídricas de los embalses de la provincia de Castelló respecto al año anterior. Sin embargo, la Unió de Llauradors asegura que la campaña estival podrá afrontarse sin problemas.

La previsión de los agricultores es optimista a pesar de que los dos últimos años han sido especialmente secos (lo cual ha bajado las reservas de los pantanos al 43,71% de la capacidad) y se prevé un verano de los más secos de las últimas décadas.

De hecho, la extrema sequedad del mes de mayo en las comarcas de Castelló (el menos lluvioso de los últimos 30 años) ha dejado un volumen de agua embalsada del 43,7% en todo el sistema del Millars, Palancia y Sénia. Estas cifras suponen cerca de un 10% menos de agua embalsada que el año anterior en las mismas fechas, momento en el que se acumulaban 97,85 hectómetros cúbicos.

El secretario general de la Unió de Llauradors en Castelló, Vicent Goterris, explicó que son varios los factores que han permitido mantener las reservas pese a la sequía.

En primer lugar, destacan las obras del programa AGUA, especialmente la recuperación del pantano de Arenós hasta el 60% de su capacidad y la transferencia de la balsa del río Belcaire para recargar los acuíferos de la Vall d'Uixó y paliar su salinización. "Lo cierto es que estas obras del programa AGUA se han notado mucho. Por ejemplo, el pantano de Arenós ha pasado de estar totalmente cerrado, a cero, a poder almacenar hasta el 60% de su capacidad, lo cual supone un cambio sustancial y que nos está ayudando mucho. También se van a notar las dos desaladoras que, aunque son para abastecimiento humano, van a permitir que se exploten menos los acuíferos y se evite la intrusión marina, por lo que todo es muy positivo y las obras se han ido materializando", apunta Goterris.

Pero no sólo es una cuestión de infraestructuras públicas. Según las estimaciones de la Unió de Llauradors, uno de los puntos de inflexión ha sido la iniciativa de los agricultores castellonenses de modernizar los sistemas de regadío e incorporar el riego por goteo en la mayor parte de los cultivos; una medida que permite reducir hasta en un 40% el consumo de agua.

Esta confluencia de medidas (muchas de las cuales han costado años de trabajo) va a permitir a los agricultores afrontar la campaña con garantías incluso aunque no se registren precipitaciones hasta el otoño. "Podemos decir que aunque no lloviera en todo el verano y hasta el mes de octubre ni una sola gota, tendremos suficientes recursos para regar y pasar la campaña con tranquilidad".