La pasarela peatonal de la desembocadura del Xinxilla ha superado el reto que suponía ser la única vía de comunicación entre el núcleo urbano de Orpesa y la zona de les Amplàries. A pesar de las dudas que se presentaron tras el derribo del anterior puente en enero por una orden judicial, desde el Ayuntamiento de Orpesa hacen un balance positivo de su funcionamiento los primeros compases de la temporada estival.

El alcalde, Rafael Albert, destaca que no ha habido "ninguna queja" por parte de los vecinos desde la puesta en marcha de esta nueva construcción en el río. Albert señala que en el transcurso de la primera mitad del verano la pasarela ha sido muy transitada pero no se ha tenido que lamentar ninguna incidencia.

"Al principio la gente dudaba, pero poco a poco han ido asumiendo la nueva situación", explicó el primer edil.

Asimismo, desde el equipo de gobierno, afirman que tampoco ha habido ninguna complicación por lo que respecta a la circulación de tráfico rodado en la avenida Barcelona. Rafael Albert cuenta que únicamente se han detectado "pequeñas retenciones" en los pasos de peatones que unen las dos zonas comerciales del complejo vacacional Marina d'Or, al igual que en años anteriores. El resto de incidencias han sido las normales durante un día laborable.

A la espera de Costas

De momento, sigue sin haber novedades sobre el proyecto para la instalación de un nuevo puente para uso de los vehículos, que se encuentra en manos del Gobierno central. Los abogados del Estado deben de dar forma jurídica al convenio que firmó el Director General de Sostenibilidad de la Costa, Pablo Saavedra, con el consistorio por el que el municipio adelantará 500.000 euros para acelerar el proceso de construcción del paso. Irá retranqueado 50 metros con respecto al anterior y será necesario crear dos nuevos accesos por las partes norte y sur de la localidad orpesina.