El Museu Municipal de Almassora albergará todos los restos arqueológicos hallados en el Torrelló del Boverot a partir del próximo otoño. El proyecto de reforma del edificio que acomete en estos momentos la concejalía de Cultura permitirá al visitante deleitarse con cada una de las piezas encontradas en el poblado, entre los límites de Almassora y Onda, desde la década de los 80. La labor del arqueólogo municipal, Gerardo Clausell, será fundamental para la nueva disposición del museo, que se ha quedado pequeño ante la multitud de hallazgos de los expertos.

Tras 17 años de servicio al municipio, las instalaciones de la calle San Vicente sumarán una nueva planta para evitar que los últimos restos recuperados permanezcan en un almacén, fuera de las miradas de los vecinos. El inmueble se ha convertido en un monográfico sobre el yacimiento del Torrelló, en el que las labores de investigación no han cesado en todo este tiempo, como evidencian los documentos elaborados por Clausell y otros expertos.

Así, tras el verano, Almassora reabrirá las instalaciones de la Vila al público para que contemple tanto los restos de la necrópolis correspondiente a finales del siglo VII antes de Cristo (a.C) como los utensilios utilizados por los moradores del poblado en la edad de Bronce, hacia el año 1.000 a.C. Las piezas que ahora custodia el consistorio, se sumarán a las 80 exhibidas en la sala permanente y al resto del conjunto de incalculable valor del poblado, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Además de vasijas, herramientas de caza y la propia disposición de las viviendas en el recinto del Torrelló, la sala mostrará uno de sus principales atractivos: los rituales funerarios y creencias en el más allá de los antepasados de los vecinos de Almassora. Las urnas funerarias se suman a los útiles de los vivos en época fenicia, íbera y medieval. Un recinto para el descanso eterno situado a 300 metros del poblado, que ocupaba una extensión próxima a 1.300 metros cuadrados, con la que los investigadores han podido demostrar las claves del culto a los difuntos 27 siglos atrás.

Tras la reforma "ganaremos una planta del Museu y ampliaremos la superficie expositiva", señaló la concejala de Cultura, Nuria Felip. Los visitantes tendrán "una visión más extensa de los antiguos asentamientos que constituyeron el primer núcleo de la población y de los que se han obtenido un amplio número de piezas singulares y muy significativas", explicó la regidora.