La Universitat Jaume I confirmó ayer que el pasado mes de julio detectó un foco de legionela en uno de los aseos del Paraninf durante un control rutinario.

No obstante, la UJI subrayó que el punto infeccioso se localizó cuando no había actividad en el centro y la zona quedó desinfectada en un plazo de dos días. Según las mismas fuentes, no se ha registrado ningún caso de contagio humano.

El mencionado foco se detectó en un grifo, lo cual hacía incluso más improbable una infección, dado que la legionela se reproduce en el agua, pero sólo se transmite por el aire. Pese a ello, la universidad activó el protocolo de seguridad y cerró durante 48 horas todo el edificio mientras la empresa encargada de la desinfección se encargaba de eliminar el foco.

Afortunadamente, la medida no afectó a los usuarios porque en ese momento la actividad y la programación cultural del edificio se encontraban en pleno parón veraniego.

Por su parte, desde la Conselleria de Sanidad hicieron hincapié en que no se puede considerar que haya habido un brote de la enfermedad, ya que no se ha registrado ningún caso relacionado con la legionela en la Universitat Jaume I. Simplemente, añadieron, se trata de "un foco aislado que no ha afectado a nadie".

De uno u otro modo, se ha hecho patente la importancia de los controles rutinarios en espacios públicos y de la adecuada aplicación de un protocolo de seguridad urgente. No en vano, un espacio como el Paraninf de la Universitat Jaume I está fuera de toda duda en cuanto a sus condiciones de limpieza y de higiene, que quedan avaladas por revisiones y certificados periódicos.

A la postre, el protocolo de prevención funcionó y la normalidad fue restablecida en el mes de julio en el emblemático Paraninf.