Autobuses clandestinos siguen operando en la estación de Castelló por la noche para evitar las posibles inspecciones de la Administración. Los primeros controles llevados a cabo este fin de semana por la Policía Local parece que han logrado ahuyentar momentáneamente a los vendedores de billetes irregulares, pero no han evitado atajar esta práctica ilegal, que persiste de forma nocturna, confirmaron fuentes de la estación. Los agentes municipales no tienen competencias en la supervisión de este tráfico y la Conselleria de Transporte elude tomar cartas en el asunto al no presentar las compañías legales las correspondientes denuncias.

Son los propios trabajadores de la parada castellonense los que han empezado a mover ficha contra este tránsito clandestino. Uno de ellos fue el que requirió la presencia en la estación de la Policía Local al sospechar de la presencia de supuestos autobuses clandestinos. Varias patrullas se trasladaron al lugar y constataron que un autocar carecía de la documentación necesaria. Sin embargo, no pudieron inmovilizarlo al ser competencia autonómica. Por su parte, el supuesto vendedor de billetes fraudulentos, que localizó Levante de Castelló, huyó de la terminal y la policía no ha dado desde entonces con él.

La titularidad de la estación prosigue en la total indefinición y hasta que no se aclare no se resolverá este problema. La patronal provincial de transporte de viajeros por carretera y las empresas regulares han reclamado al Consell que actúe contra las rutas irregulares. Generalitat, que construyó la estación, y el ayuntamiento continúan pasándose la responsabilidad en la gestión del recinto, mientras el Ministerio de Fomento, ente público que autoriza los itinerarios nacionales, no tiene constancia de este tráfico irregular.

Fuentes de la Conselleria de Infraestructuras reiteraron ayer que no ha recibido denuncia alguna de la Policía Local o de las firmas regulares, y sin este paso no impulsará actuaciones contra los autobuses irregulares. Ayer no hubo noticias de los agentes municipales y el ayuntamiento rehusó concretar si ha informado de su actuación a los inspectores del Consell.

Las compañías legales decidirán en próximas reuniones si presentan denuncia. El vendedor de billetes irregulares, que se hace llamar Maradona, no ha vuelto a aparecer por la estación desde el sábado y ayer también se constató una ausencia de estos autocares por el día. Sin embargo, los buses clandestinos prosiguen recogiendo viajeros por la noche para no ser cazados, indicaron desde la estación.

Fuentes de la patronal de transporte confiaron en la acción de la Administración, aunque apuntaron que estas compañías ilegales podrían mantener su tráfico ilegal trasladándose a otras estaciones de autobuses de la provincia.

La falta de vigilancia convierte la terminal en un foco de inseguridad

La falta de vigilancia está convirtiendo a la estación de Castelló en un foco de inseguridad. Varios indigentes merodean cada día por la terminal y han llegado a protagonizar alguna que otra trifulca con empleadas de la terminal, según alertaron ayer responsables de varias compañías. Los rifirrafes ocurridos hasta el momento han sido menores, pero han llevado la preocupación al personal, que exige una mayor presencia policial. La parada de autobuses y la estación de Renfe disponen de una patrulla de la Policía Nacional, que se encarga de garantizar la seguridad en los dos puntos. También acude la Policía Local cuando es alertada de un incidente. Sin embargo, la terminal de autobuses se encuentra sin titular desde que fue inaugurada en 2000, y desde entonces permanece en tierra de nadie y en un estado de semiabandono, tal como se puede constatar si se realiza una visita a la misma y denuncian los propios trabajadores. La falta de mantenimiento es evidente, con bancos rotos, suciedad y su panel de anuncios está sin funcionar. Se trata de un recinto abierto y las empleadas han tenido en los últimos días alguna discusión con indigentes que vagan cada día por el lugar. Compañías de autobuses y trabajadores denunciaron ayer el estado de la estación y exigieron soluciones a uno de los principales puntos de entradas de la capital de la Plana. Cabe recordar que en 2005, el jefe del Servicio Territorial de Transportes de la Generalitat Valenciana, Antonino Muñoz, solicitó al entonces Gobierno socialista la firma de un convenio que determinara las competencias porque su indefinición, según Muñoz, estaba provocando problemas de gestión y deficiencias en la seguridad, atención al público y limpieza. Ahora el Consell se limita a quitarse responsabilidad en la estación, aseguraron que es una concesión municipal, y obvia demandar dicho convenio.