Los autos locos invadieron la tarde de ayer Rossell dentro de sus fiestas mayores. El buen humor no faltó en la carrera mientras que los improvisados coches bajaban a toda velocidad la empinada avenida Valencia de la localidad del Baix Maestrat.

Los más jóvenes, y los no tan jóvenes también, han estado trabajando durante las últimas semanas en preparar una serie de artilugios rodantes que tomaron las calles del municipio ante la atenta mirada de cientos de personas.

La organización de la prueba contabilizó la participación de una veintena de estos artilugios.

El alcalde, Evaristo Martí, destacó "la originalidad" de los vehículos, así como la destreza de sus conductores para evitar irse al suelo y señaló que es uno de los actos más divertidos.

PASARE FOTOS