La particularidad del Hospital Provincial de Castelló -gestionado por un consorcio integrado por la Generalitat y la Diputación- explica en buena medida su fragilidad económica, al tener un sistema de financiación diferente a la del resto de centros de la red autonómica. La Generalitat se ve obligada a revisar el actual modelo para garantizar la viabilidad de un hospital que es referencia nacional en ámbitos como el de la oncología.

El Provincial tiene dos fuentes principales de financiación: las transferencias de la Conselleria de Sanidad por prestación de servicios y la aportación anual del Estado a través del Fondo MAP (que canaliza la Diputación de Castelló). El sistema es diferente al del resto de hospitales valencianos, que se rigen por la denominada capitación, consistente en una asignación por paciente de 690 euros al año. Esta última opción permite disponer a los hospitales de un presupuesto cerrado, mientras que en el caso del Provincial de Castelló hay que ir facturando a la Conselleria los servicios prestados, que se rigen por unos baremos económicos muy inferiores al coste real.

Este modelo "sui generis" permitió funcionar al hospital en época de bonanza, pero la crisis actual obliga a la Conselleria de Sanidad a revisar la financiación para garantizar la viabilidad de la instalación castellonense.

Demandas

Las continuas demandas de los proveedores contra el centro por impagos son una muestra de su fragilidad económica. Como recogió ayer este diario, el hospital recibe una media mensual de tres denuncias de sus empresas suministradoras (incluidas las del gas y electricidad), alguna de las cuales ha llegado a exigir que le abonen al contado para seguir aportando fármacos. Los impagos generan unos intereses de demora que convierten la situación en insostenible, de ahí la necesidad de establecer una solución que garantice la estabilidad económica.

Posibles fórmulas

Una de las posibilidades es que el centro pase a depender directamente de la Generalitat, poniendo fin al consorcio con la diputación. Sin embargo, desde la entidad provincial se resisten a desvincularse de una infraestructura que es santo y seña institucional y sobre la que ejerce una indudable influencia política. También consideran que el hospital pasaría a ser uno más de la red autonómica y perdería la excelencia en áreas como la oncológica.

La fórmula que tendría más visos de prosperar sería una mixta entre la capitación y la facturación. La Generalitat otorgaría una cantidad fija anual por paciente y, además, abonaría por los servicios prestados. De esta manera no se perdería la asignación estatal, que ronda los 20 millones de euros al año. El gobierno autonómico y el de la diputación negociarán en los próximos meses una solución que garantice la viabilidad del Provincial.

Más barato

Desde el centro siempre han defendido que el sistema de consorcio funciona y destacan que los costes son inferiores a los de otros hospitales de la Comunitat. En 2011, el presupuesto por cama rondó los 332.000 euros, mientras que el del Hospital General fue de 390.000 euros y el de la Plana superó los 400.000.