El serial de catástrofes provocadas por incendios forestales que ha sufrido este verano la Comunitat Valenciana ha avivado el debate sobre las medidas para prevenir y combatir el fuego. Una que está encima de la mesa es la plantación de cipreses a modo de cortafuegos, aunque los especialistas no se ponen de acuerdo. En el Consorcio de Bomberos de Castelló, dudan de su eficacia.

El debate arrancó tras el incendio de Andilla de finales de junio que se propagó por el Palancia. Técnicos de la empresa pública Imelsa, dependiente de la Diputación de Valencia, constataron que en la parcela experimental de cipreses de Jérica sobrevivieron la mayoría de los árboles. La barrera vegetal, formada por 946 cipreses de distintas especies y altura de hasta nueve metros, quedó rodeada por el fuego pero las llamas apenas penetraron, de ahí que se planteara la opción de utilizar este tipo de conífera a modo de cortafuegos.

El diputado responsable del Consorcio Provincial de Bomberos, Luis Rubio, se muestra tajante y niega que sea una solución para combatir el fuego. "Su incidencia es anecdótica porque toda la vegetación es combustible. Una plantación de cipreses no va a parar nunca un gran incendio", asegura. Rubio cree la estrategia pasa "por eliminar combustible de las zonas complicadas, abriendo zanjas y realizando tareas de prevención y limpieza".

"Lo que hay que hacer es ordenar el bosque y aprovechar la masa forestal, que se ha incrementado en las últimas décadas por el abandono de los campos de cultivo y de la actividad ganadera, así como por el cierre de serrerías. En estos momentos hay mucho combustible y de lo que se trata es de aprovecharlo de manera sostenible para evitar grandes incendios", explica el diputado provincial, quien lamenta que no hayan cuajado los proyectos de plantas de biomasa.

Más cauto se muestra el jefe de la sección forestal del Consorcio, Fernando Kindelan, quien incide en que se ha abierto un debate "porque no se sabe a ciencia cierta la eficacia de los cipreses". "Es un proyecto que está en fase experimental. Es cierto que hay incendios en que los cipreses quedan más verdes que el resto de árboles porque retienen mejor la humedad o son más resistentes. Pero sería muy aventurado decir que son eficaces en la lucha contra los incendios", explica.

Según Kindelan, "hay algunas especies de ciprés que frenan la continuidad vertical del fuego", la propagación de las llamas desde las ramas al sotobosque, aunque entiende que "hay que seguir con las pruebas piloto" para determinar si es un método que hay que implantar.

La eficacia de los cipreses como cortafuegos fue motivo de una conferencia anteayer en Valencia. El técnico de Coordinación Forestal y Voluntariado del Consorcio Provincial de Bomberos Valencia, Raúl Quílez, se mostró muy escéptico y dudó de la validez del experimento de Jérica."Los cipreses arder, arden", dijo contundente. "La parcela de Imelsa es como un campo de cultivo semiabandonado donde se deja pasturar a los animales", argumentó. Para este experto en incendios, si el suelo de la plantación de estas coníferas se hubiera quemado, como pasó en el resto de montes, "los cipreses hubieran ardido cual cerilla en una caja".

Antes de su intervención, hablaron expertos de Turquía e Italia en defensa del ciprés como arma en la lucha contra el fuego.