La plataforma vecinal de Castelló Sense Soroll prosigue con su batalla particular contra el ruido que se genera en las zonas de las tascas y en Lagasca y ha presentado dos nuevos contenciosos contra la contaminación acústica en estos dos puntos.

En las tascas ha llevado a los tribunales la instalación de veladores -mesas en alto sin sillas-, la última medida prevista por los propietarios y el ayuntamiento a fin de garantizar el consumo de alcohol en sus calles cumpliendo a su vez la Ley Valenciana de Drogodependencias. Ahora mismo, el Tribunal Supremo dirime un recurso de casación presentado por las tascas y el consistorio contra una sentencia del TSJ de junio que suspendió la normativa municipal que resguardaba el consumo de alcohol en las tascas. A la vista de ello, el ejecutivo local ideó una alternativa administrativa para legalizar la singularidad de esta zona con la colocación de veladores. Estas mesas pequeñas pueden justificar la presencia de gente en la vía pública.

El presidente de Sense Soroll, Pedro Monfort, apuntó que los veladores contravienen la declaración de Zona Acústicamente Saturada por incrementar la afluencia de público y la contaminación acústica.

No obstante, la ejecución del fallo del TSJ está suspendida por estar en trámite el recurso de casación y así seguirá hasta que resuelva el Alto Tribunal. Los propietarios han aplazado por ello la puesta en marcha de veladores.

Por su parte, el contencioso de la Lagasca denuncia al ayuntamiento por no haber contestado una reclamación de la asociación que pedía la ZAS para Lagasca. Según Monfort, Sense Soroll realizó unas mediciones en Lagasca que constatan que esta zona también debería ser declarada ZAS. La entidad presentó primero un escrito al consistorio pidiendo la ZAS y "ante su silencio" ha optado por acudir al juzgado de los contencioso.

El concejal de Medio Ambiente, Gonzalo Romero, aseguró que el ayuntamiento cumple con la legalidad y que sus acciones van dirigidas a intentar compatibilizar el ocio con el descanso.

Nuevas mediciones

Cabe recordar que el gobierno local está realizando actualmente nuevas mediciones en Lagasca, por orden del TSJ, que cuestionó los estudios acústicos que se desarrollaron en 2010 y que consideraron innecesario aprobar la citada ZAS.

El equipo de gobierno también está llevando a cabo estos análisis en las tascas que dictarán si las ZAS, que expira este 1 de diciembre, se renueva dos años más. Todo hace indicar que estas dos zonas superan los decibelios permitidos y que dispondrán de esta normativa anti ruido.