La Diputación de Castelló justificó ayer que no puede actuar en la carretera CV-236 -que une las localidades de Torás y Bejís y que se encuentra cerrada al tráfico desde hace casi tres años- al estar en curso un pleito contra la empresa promotora de la urbanización donde se produjo el derrumbe de un muro de contención. La entidad afirmó que no es competencia suya controlar el paso de vehículos por el vial, saltándose las señales de prohibición. Como recogió este diario, el bus escolar que transporta a los estudiantes de Torás, Teresa y Bejís al IES de Jérica-Viver utiliza esta ruta, pese a estar cortada y al riesgo de nuevos desprendimientos.

"Al estar inmerso en un proceso judicial no tenemos potestad para actuar en el vial", aseguraron fuentes de la diputación, que detallaron que el litigio es con la constructora de la urbanización donde se vino abajo un muro de contención en abril de 2010, debido a las fuertes lluvias, sepultando un tramo de carretera. Según las mismas fuentes, la empresa alega que no puede asumir el coste de la reparación, de ahí que el problema haya encallado en los juzgados.

El vial lleva casi tres años cerrado al tráfico, pero hay vehículos que siguen utilizándolo para evitar el rodeo del itinerario alternativo. Desde la diputación aseguraron que no pueden ejercer tareas de control del tráfico. Añadieron que el corte está señalizado y que periódicamente los operarios supervisan que las indicaciones están visibles. Admitieron que otro de los motivos de que no se haya actuado en la carretera es el riesgo de que se produzcan nuevos desprendimientos. La alcaldesa de Bejís viene reclamando una solución y ha advertido de que hay vehículos, incluido el transporte escolar que enlaza con el instituto de la zona, que siguen circulando por el vial pese a estar cortado.