La renuncia indefinida a construir la nueva plataforma entre Valencia y Tarragona y la apuesta por el tercer carril supondrá que Castelló sea la única de las provincias por donde discurre el corredor mediterráneo en que los trenes AVE no podrán circular a 300 kilómetros por hora.

Así lo explicó ayer en un encuentro con los medios el director general de Transportes de la Generalitat, Carlos Eleno, quien detalló que en el eje Vandellós-Castelló-Valencia el tope de velocidad será de 220 kilómetros por hora (que según los estándares europeos ya se considera alta velocidad), dado que las curvas y pendientes del actual trazado impiden llegar a los 300 por hora. Eleno restó importancia a este hecho y destacó que la solución técnica por la que se ha apostado permite "adelantar diez años" la puesta en marcha del corredor mediterráneo, ya que la previsión es que en 2015 esté operativo entre la frontera francesa y Valencia y en 2016 llegue hasta Alicante y Murcia.

Como ya recogió este diario, el eje ferroviario litoral será el primero de España en que se implante el ancho internacional (1,435 metros frente a 1,668 del ibérico) en todo tipo de circulaciones: cercanías, mercancías y media y larga distancia. Especialmente complejo es el tramo Castelló-Valencia, donde conviven tráficos de toda clase y habrá que implantar el tercer carril. Entre el apeadero del Desert de les Palmes y Sagunt, las dos vías actuales se adaptarán al ancho internacional y en una de ellas (la más cercana al mar) se acoplará un raíl para que puedan también circular trenes en ancho ibérico. Entre Sagunt y Valencia será lo mismo, aunque el tercer carril se extenderá a las dos vías. Con el tercer carril se garantiza la conexión con el interior de España, donde se mantiene el ancho ibérico. Es el caso, por ejemplo, de los mercancías que circulan de Castelló a Teruel o los cercanías Valencia-Caudiel.

Corte de vía hasta Tarragona

Entre Castelló y Tarragona la apuesta por el ancho internacional será absoluta, ya que las dos vías tendrán esa amplitud. Será el único tramo del corredor mediterráneo donde no podrán circular trenes con ancho ibérico y, por tanto, será el último en ponerse en marcha. Ello obligará a cerrar al tráfico durante un tiempo una de las vías, con la consiguiente afección para los usuarios. Este opción, no obstante, tendrá menos impacto que la otra que barajaba Fomento, que era el corte de las dos vías, lo que obligaría a realizar transbordos en autobús.

Las obras, que se prevé que arranquen a lo largo de este año o el próximo, obligarán a reordenar el tráfico ferroviario, con especial incidencia en el tramo Castelló-Valencia, por donde circulan cerca de 140 trenes al día. Lo habitual en este tipo de actuaciones es que se produzcan cambios de horarios, servicios especiales y transbordos en los tramos donde hay cortes por obras. El director general de Transporte afirmó que cada uno de los proyectos irá acompañado del correspondiente plan para minimizar molestias.

La instalación del ancho internacional obligará a cambiar los ejes de los trenes. El director general de Transporte detalló que hará falta una inversión de unos 56 millones para adaptar las ruedas de 14 trenes de cercanías y 20 de media y larga distancia.

A Barcelona en menos de 2 horas

Carlos Eleno destacó que la implantación del ancho internacional dará una nueva dimensión al AVE, ampliando el actual esquema radial y abriendo la posibilidad de nuevas rutas. La conexión Madrid-Castelló quedará reducida a 2 horas y 20 minutos y la ruta Castelló-Barcelona se cubrirá en algo menos de dos horas.