Tras aplicar una retahíla de recortes en políticas sociales el último año, la Generalitat dio ayer una buena noticia a los sectores de la discapacidad y la atención mental al anunciar que aumenta un 40% las ayudas de atención a estos dos colectivos. De esta manera intenta compensar el drástico recorte en las ayudas para dependencia -hasta un 90% en algunos casos- y la introducción del copago en los medicamentos destinados a las personas discapacitadas.

Este incremento se recoge en la orden de ayudas convocada para este año, que ayer se publicó en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana. La Conselleria de Bienestar Social ha previsto 72,1 millones de euros para financiar los servicios sociales especializados para personas con discapacidad y para enfermos mentales de la Comunitat Valenciana, lo que supone 19,9 millones más respecto a la convocatoria de 2012.

En la atención a discapacitados ha programado una subvención global de 64 millones de euros, 19,9 millones más que el año anterior -un 45 % más -, mientras en el caso de enfermos mentales el importe pasa de los 7,1 a los 8 millones, representando un crecimiento de un 13 %.

La consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, también ha saldado la mayor parte de impagos que arrastraba de 2012 con los colectivos sociales.

No obstante, las políticas del Consell mantienen en pie de guerra al tejido social, especialmente por los ajustes aplicados en la Ley de Dependencia y que en la práctica han supuesto el final del objetivo inicial de esta normativa de ampliar este derecho a la clase media. Los dependientes sólo reciben una pequeña cuantía económica en función de su renta económica y únicamente mantienen la totalidad de la ayuda las familias de dependientes que sólo ingresen al mes 530 euros.

También ha soliviantado al sector la introducción del copago farmacéutico y se teme que se incorpore otro en la atención a discapacitados en centros de día.