Las vacas fueron ayer, por unos minutos, las dueñas de la calle en Xert. Y es que el ganado trashumante, guiado por el pastor Lionel Martorell y sus ayudantes, sigue manteniendo viva la Ruta del Llosar, aquella que lleva el nombre de la ermita de Vilafranca y que bautiza el camino que los ganaderos de las sierras del Maestrazgo realizan desde Teruel hasta Tarragona y Castelló.

Lionel Martorell ha hecho el camino con ovejas y vacas. En esta ocasión acompaña un ganado de vacas que pasará el invierno entre Fortanete y Valdelinares, a más de 2.000 metros de altura. El final de la primavera y los albores del verano marcan el punto de inflexión. Antes que llegue la calor los pastores trasladan el ganado desde el Montsià (Tarragona) y el Baix Maestrat hasta Teruel.