El municipio de Costur ha paralizado la apertura de una mina de caliza a cielo abierto que el consistorio pretendía abrir a menos de 1,5 kilómetros del centro urbano y muy cercana de una urbanización en la que hay más de 100 vecinos después de que los vecinos se pronunciaran en contra en una consulta popular. Así lo confirmó ayer el primer teniente de alcalde del municipio, Adolfo Vilar. El referéndum se celebró el domingo y a él acudieron un total de 373 personas de los 673 que constaban en el censo electoral. Así pues, 309 votantes manifestaron su expreso deseo de no llevar a término esta explotación minera frente los 62 ciudadanos que eran partidarios de esta iniciativa municipal.

El sufragio fue propuesto en su día por Iniciativa-Compromís y la plataforma "No a la Contaminació" tras conocer que este proyecto "afectaría a un núcleo de personas muy amplio", indicó el concejal de Compromís, José Maximino. Así pues, la realización de esta encuesta fue aprobada en un pleno municipal el pasado 30 de julio. En aquel acuerdo, el gobierno local se comprometía a que los resultados obtenidos fueran vinculantes y condicionaran las futuras resoluciones. "La decisión es lo que decida el pueblo", indicó Vilar. Por ello, el primer teniente de alcalde explicó que no entiende por qué desde Compromís se habían lanzado críticas de falta de democracia ya que "vamos a obedecer a la petición de los vecinos".

Con estas respuestas populares, desde el ayuntamiento comunicaron que "a partir de ahora abriremos una negociación para conseguir la rescisión de contrato" que ya mantenían con la empresa Carcansa, a la que cedieron los derechos de explotación minera y a la que estaban arrendando la parcela municipal de la Bassa Roja desde el año 2010, coincidiendo con el inicio del desarrollo de este proyecto. Por ello, el consistorio quiere solucionar este conflicto sin "ningún perjuicio para el consorcio o intentando que, por lo menos, sea el menor posible", señaló el teniente de alcalde.

Firmas en contra de la mina

El pasado mes de mayo, la plataforma ciudadana "No a la Contaminació" entregó en el ayuntamiento un total de 2.540 firmas de los vecinos del municipio como forma de queja por la implantación de la mina de caliza en las inmediaciones del centro urbano de Costur. Según aseguraban desde la asociación, esta construcción minera provocaría un "completo ataque a la orografía, al paisaje y a la tranquilidad" que se respira en la localidad.

Por su parte, desde Compromís también denunciaron las malas prácticas de información que se estaban llevando desde el ayuntamiento. Por ello, José Maximino aseguró que desde el consistorio se transmitía una "información sesgada. Por ejemplo no se comentó la existencia de una trituradora dentro de la cantera". Además, el concejal recalcó que "no se dijo toda la verdad a los ciudadanos" y que "al movernos e ir a las distintas consellerias vimos la verdadera realidad del proyecto y nos sentimos preocupados por el pueblo. Nuestra intención es trasladar la realidad a los ciudadanos". Sin embargo, Adolfo Vilar señaló que desde el consistorio "el equipo de gobierno decidió realizar una reunión informativa debido a la presión e inquietud que los vecinos mostraron".