Como la falsa moneda, de mano en mano. O de móvil en móvil, más bien. Así ha corrido en las últimas 48 horas entre los smartphones de Burriana la foto de un trofeo de caza. La imagen, que amenaza con convertirse en viral en la zona de la Plana Baixa no tendría más importancia si no fuera porque supone la prueba fehaciente de que el becerro que andaba suelto por la zona oeste de naranjos de Burriana durante los dos últimos meses ha sido abatido, cazado.

La imagen, de baja calidad pero en la que se ve a un joven posando orgulloso con el cadáver del becerro, confirma lo que las manchas de sangre encontradas por este diario gracias al relato de los agricultores de la zona apuntaban: que el pasado martes, «unos hombres» habían ido a dar caza al becerro y se lo habían llevado en una furgoneta.

Sin el cadáver, hasta ahora sólo se contaba con el testimonio de los labradores de la zona y con las manchas de sangre y los signos de arrastre que todavía el jueves se podían ver junto a una acequia, como Levante de Castelló publicó esta semana. Ahora, con esta foto, ya queda fuera de dudas que el becerro fue cazado. Eso sí, se desconoce la identidad de la persona que está posando con el trofeo y si, fue él o no quien dio caza al animal que, por otra parte, ni ha sido reclamado por ninguna ganadería ni hacienda cercana. Tampoco se conocía su origen al no llevar los correspondientes indicativos ni en el costado ni en ningún crotal en la oreja.

El origen de la foto es difícil de concretar. Como los mensajes virales que corren en Internet, la foto, que ha sido distribuida de móvil en móvil a través del servicio de mensajería instantánea, tiene un origen desconocido. «A mí me la pasó un amigo de mi prima y a ella un contacto lejano que tampoco sabía de dónde había salido», explicaban ayer vecinos de Burriana a los que les había llegado la imagen. El hilo de remitentes debería de llevar al origen, los responsables de dar caza al animal, sobre los que nada se sabe. Con todo, la estupefacción era la tónica habitual entre quienes recibían en sus teléfonos móviles la fotografía del becerro muerto, sobre todo si conocían su existencia anterior.

Investigación abierta

Fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil confirmaron ayer que la investigación sobre la procedencia, el paradero y la posible muerte del becerro a manos de unos cazadores eventuales sigue abierta y se avanza aunque declinaron ofrecer detalles.

Él o los responsables de la muerte y captura del pequeño asado se enfrentarían, sin embargo, a diversas faltas administrativas de ser localizados finalmente por la Guardia Civil. Según concretaron fuentes oficiales, a expensas de que se conozca con exactitud en qué circunstancia sucedió todo, los responsables podrían haber incurrido en una falta administrativa contra la ley de caza y otra contra las leyes sanitarias, que están penadas en ambos casos con multas pero no con penas de privación de libertad como sucede si fueran considerados hechos delictivos.

Caso aparte sería si el arma con el que fue abatido tiene o no licencia o si quien la disparó la tiene en regla. Las mismas fuentes pidieron prudencia ante la existencia de esta fotografía ya que, según insistieron sólo probaría, de ser cierta, que el becerro fue abatido pero no que la persona que aparece en la fotografía es el autor de los disparos.

La imagen sí está tomada justo en el mismo lugar donde se hallaron las manchas de sangre que se suponían del becerro muerto, junto a la misma acequia. El animal, además, parece el mismo que ha sido avistado durante los últimos dos meses por la zona, un animal joven con unos incipientes cuernos de 20 centímetros.