Con un aforo lleno hasta la bandera, la de ayer fue la más numerosa de las Entradas de toros y Caballos de Segorbe de la semana. Y es que, a pesar de las fechas en las que nos encontramos que han hecho que este año el número de visitantes se haya reducido considerablemente los primeros días, unas 12.000 personas, según cifras oficiales, quisieron presenciar ayer la cuarta entrada de Toros y Caballos de Segorbe que marcó el ecuador de la celebración festiva.

La rápida salida del Argén de los seis astados de la ganadería de Germán Vidal, todos ellos "coloraos", marcó el inicio del encierro más rápido -unos 48 segundos- vivido hasta el momento.

Un encierro en el que destacó el retraso en el primer tramo de la Entrada de uno de los seis morlacos que fue perfectamente recogido por la parte trasera de caballistas.

Tal y como comentó para Levante de Castelló el caballista Pedro Fernández, "la reunión en los Mesones, uno de los momentos más complicados, ha sido bastante buena y aunque al principio en la salida el flanco de la izquierda estaba un poco vacío de caballistas, rápidamente se han recolocado y han controlado totalmente la situación haciendo que finalmente hayan hecho un recorrido bastante compacto y bonito visualmente en la bajada".

De hecho, la Entrada dejó ayer mejor sabor de boca a los espectadores que la del miércoles. En el espectáculo de ayer se pudo visualizar la conocida forma de cremallera humana que se abre al paso de caballos y toros, haciendo la tradicional forma de rombo.

"Cada Entrada es única"

Y es que, como explica Fernández, "cada entrada es única y no puedes saber nunca cómo va a salir, y aunque la de hoy -ayer para el lector- ha sido más compacta y se ha visto más lo que es la forma de herradura, en la del miércoles se pudo apreciar el buen trabajo de los caballistas que velaron por salvaguardar a los toros que iban mucho más alargados".

Tras el cruce en la salida del jinete Roberto Fernández delante de dos toros, que rápidamente se recolocó en la parte trasera de la manada, uno de los momentos más destacables fue cuando el experimentado jinete José Vicente Puchol, controló con maestría al último de los morlacos a la altura de la curva de la calle Colón con la avenida Valencia, evitando de manera brillante su huida.

Toda una lección de maestría que igualó la labor que su hija, la amazona Esther Puchol, realizó durante la jornada del martes.

Al finalizar el recorrido, jinetes y caballos, como manda la tradición, volvieron a hacer el recorrido de vuelta entre vítores y aclamaciones de un público volcado y entregado a la fiesta taurina de Segorbe.

Durante la tarde de ayer, el concurso de ganaderías disfrutó de la presencia de la Ganadería de los Hermanos Marcén Romero y la desencajonada a las 20,30 horas de "Aviador" patrocinado por la peña la Desencajoná. Hoy será el turno de los morlacos de la ganadería castellonense de Jaime Tárrega que lucirá su corro de vacas y toros ante los segorbinos desde Vilafamés.