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Trece años de historia lleva a sus espaldas el Golf San Gregori de Burriana. Trámites y más trámites, falta de inversión, presentaciones de maquetas y de proyectos o cambio de accionariado, se acumulan en el pasado de este proyecto que, en este 2013 llegarán a su resolución final. El alcalde, José Ramón Calpe, parece haberse cansado de promesas, y ha dado un plazo de respuesta con "garantías" hasta el 31 de diciembre. Ha dejado claro que "si no hay una propuesta con garantías a final de año, iniciaremos la resolución de la condición de urbanizador" para este proyecto turístico.

A propuesta de muchos propietarios con terrenos en Sant Gregori, el Ayuntamiento de Burriana se ha visto obligado a iniciar el expediente de resolución de la urbanizadora, y dar otra solución. Ahora Golf Sant Gregori ha movido ficha y ha dejado claro que su apuesta única es vender la urbanizadora y el proyecto a otras empresas que puedan asumir el reto.

Una de las razones por las que se bajan del barco es la entrada en 2009 de la entonces conocida como Bancaja. En ese momento, el banco entró como un soplo de aire fresco en la urbanizadora. Faltaba dinero, y Bancaja, ahora Bankia, asumió el 70 % de las acciones, y el 20 % de los terrenos. Pero sólo cinco años después, la entidad bancaria ha pasado al Banco Malo, y debe deshacerse de cualquier negocio inmobiliario. La única solución es la venta de todo, tanto urbanizadora como obras de urbanización.

Aunque se conoce el camino para la venta, los compradores aún no están cerrados. Dos empresas constructoras, podrían formar una UTE para hacerse cargo de todo, pero el plazo para cerrar el trato es el 31 de diciembre. Un acuerdo que deberá tener condiciones impuestas por el Ayuntamiento de Burriana.

El primer edil ha exigido que la nueva urbanizadora de Sant Gregori asuma los intereses y gastos financieros de los avales bancarios de todos los propietarios y, además, que pongan fecha de inicio de obras. Condiciones muy difíciles de cumplir a sólo mes y medio para la fecha límite. Aún así, Golf Sant Gregori ha prometido la compra, por muy breve que parezca el plazo.

Sin máquinas en el PAI

Cabe remontarse a la aprobación de la reparcelación definitiva el 4 de febrero de 2010. Ahí empezó todo, y casi un año después entraban las máquinas por primera vez en Sant Gregori, pero no para la urbanización, sino para construir el hotel de tortugas galápagos junto al Clot de la Mare de Déu. Después de eso, ninguna máquina ha vuelto a pisar suelo de Sant Gregori. Ni la promesa de derribar todas las casas y alquerías ocupadas por parte de la urbanizadora y el ayuntamiento sirvieron para hacer otro movimiento.

Tras tantos trámites, casi se ha olvidado el proyecto final. Aunque casi nadie ya lo recuerde, Golf Sant Gregori se proyectó como un complejo turístico de 2,5 millones de metros cuadrados frente al mar Mediterráneo, distribuidos en un campo de golf de 18 hoyos con un par 72, más 9 hoyos par 3. A esto, se añadía un complejo residencial de lujo, así como 6.000 viviendas por ejecutar y una zona de hoteles. Quizás no sea el momento más oportuno para iniciar las obras, pero lo único cierto ahora mismo es que tiene fecha límite. El 31 de diciembre, la jornada de Nochevieja de este año, se deberá tener una propuesta. Si no sucede esto, el Ayuntamiento de Burriana deberá mover ficha para buscar inversores, empresas, constructoras o quién sea, para llevar hacia adelante el proyecto urbanístico más importante de los últimos dieciséis años de gobierno del Partido Popular.